Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en FlixOlé.


[En la muerte de la actriz Teresa Gimpera, queremos rendirle un sentido homenaje recuperando la crítica de una de sus películas más interesantes]


Un editor catalán, especializado en novelas de suspense y terror, recibe un paquete envuelto en papel amarillo que contiene la amputada mano de una mujer. A ese primer macabro envío seguirán otros, todos conteniendo distintas partes del cuerpo de una joven, que más tarde sabremos se llamaba Esther y tuvo una relación amorosa con el editor. Una mujer, que se da a conocer como Parker, es la remitente de ta siniestra paquetería…

La tercera película de Aranda, que germinó a partir de las cartas de amor de la monja portuguesa María Alcoforado y del relato de Gonzalo Suárez Bailando para Parker, debía haberse llamado "El cadáver exquisito", pero se pensó, no sin cierta lógica, que ese título no era nada comercial. Apremiado por los productores a buscar otro título, el cineasta se decide por Las crueles, que no le satisface plenamente, pero que encaja bien con las características de la obra.

A partir del rocambolesco relato de Gonzalo Suárez surgen los temas plenamente arandianos: la crueldad, expresada en forma psicológica, aparecerá en el abandono que de Esther hace el editor. La chica, fuertemente deprimida, será salvada "in extremis" por Parker cuando intenta suicidarse. Esther intentará más tarde de nuevo terminar con su vida de una forma que se repetirá, de manera fetichista, en otras películas de Aranda, introduciéndose el cañón de una pistola en la boca, con evidentes connotaciones eróticas.

El segundo tema arandiano que domina la trama es el sexo, que aparece con profusión y de forma muy osada para su momento: así, en la primera escena de amor entre el editor y Esther, ésta se encuentra desnuda, aunque no se aprecia su cuerpo entero, sino que sólo se intuye desde la cabeza, en un plano de complicada arquitectura resuelto por Aranda cuando la chica se levanta y su propia melena oculta, desde atrás y en una medida gimnasia, pecho y sexo. Parker acusa al editor ante su mujer de haberse presentado en su casa haciendo una vulgar escena exhibicionista, con gabardina incluida, lo que se nos ofrece al completo, salvo (estamos en los años sesenta...) el plano del sexo del editor. En un rapto de audacia insospechado para la época, el realizador catalán se atrevió incluso a una escena veladamente necrófila: muerta Esther, Parker la coloca sobre una mesa, como si de un túmulo (pero también un tálamo nupcial) se tratara, y procede a cortar ritualmente el blanco vestido de la muerta, hasta descubrir su desnudez: desvirgamiento, necrofilia apenas soterrada que escapó a las tijeras del censor.

Pero realmente lo que da carta de naturaleza a la película es su planteamiento prácticamente explícito de un amor entre mujeres: Parker ha puesto al descubierto ante la esposa del editor la villanía de su marido, y le propone una vida al margen de los hombres: las connotaciones sexuales son obvias, y la esposa, tras un primer rechazo, monta en el coche de Parker para alejarse juntas, hacia un destino que se adivina permanentemente unidas, y no sólo por la mera amistad.

Las crueles es una película sobre el amor, pero por encima de todo sobre la venganza: una venganza implacable contra un hombre que ejerció de macho inmisericorde con su amada, obligándola, al abandonarla, a elegir entre la muerte o la locura. Es entonces una película muy feminista: las mujeres cobran cumplida venganza del comportamiento del macho, son autosuficientes y deciden vivir su vida en común. Tiene mucho interés el juego de colores, sobre todo en el amarillo intenso de los paquetes macabros que recibe el editor y en los sempiternos vestidos negros de Parker. Con influencias hitchcockianas (el humor macabro, el suspense creciente), es una obra de una madurez sorprendente, insólita en el cine español de los sesenta. Presente en el Festival de Cine de San Sebastián, el entonces Director General de Cultura Popular, Carlos Robles Piquer, preguntó en Donosti al cineasta catalán, refiriéndose a las mujeres del filme: "son lesbianas, ¿verdad?", a lo que el astuto Aranda, en una deliciosa finta, contestó con un ambiguo: "puede ser"…


La interpretación es deliberadamente hierática, por así desearlo expresamente Aranda: ese hieratismo conviene en el film sobre todo para enaltecer el emergente poder de las mujeres, especialmente de Parker, auténtico pivote sobre el que transcurre toda la historia, una mujer fuerte, empoderada, muy avanzada a su época, un personaje al que Capucine presta sus rasgos de cariátide, hermosos a la vez que firmes, como Teresa Gimpera, musa de la Escuela de Barcelona y, por extensión, del cine español con vocación de modernidad, que buscaba alejarse de la caspa carpetovetónica, aportaba su singular belleza cosmopolita, una belleza, pero también un talento interpretativo, que supieron aprovechar buena parte de los más interesantes directores de la época del cine español: no solo Aranda, sino también Gonzalo Suárez, Víctor Erice, Fernando Fernán-Gómez, Jorge Grau, Julio Diamante, Antoni Ribas, Jaime Camino… e incluso internacionales, como Vittorio de Sica.

(02-09-2017)


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108'

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Las crueles - by , Jul 25, 2024
3 / 5 stars
El cadáver exquisito