Morena Clara

En 1934 Florian Rey conseguía con Imperio Argentina uno de sus mayores éxitos del cine sonoro, Morena Clara, adaptación de la comedia de Antonio Quintero y Pascual Guillén. Veinte años después Luis Lucia retoma el argumento para hacer su propia versión, que obtuvo también una notable repercusión en taquilla, aunque era claramente inferior a su precedente.

En esta ocasión el conocido argumento se aliña con una cierta historificación en clave cómica sobre la secular persecución de los gitanos. Pero el meollo de la trama está, como en el clásico de Rey, en los dos pícaros egipcianos cogidos con las manos en la masa (habría que decir en la pata de jamón, para ser más exactos, con lo que evidentemente habrá que alabarles el gusto...), el juicio correspondiente (no muy lejano a las humoradas de Juzgado de guardia, pero sin las risas postizas de fondo), y la "grasia" de los calés durante la vista, de la que saldrán con bien, como era de esperar.

Lola Flores, muy a su pesar, no alcanza a Imperio Argentina en el papel protagonista, y Fernando Fernán Gómez es un convincente picapleitos.