O.T. La Película

El fenómeno audiovisual, pero también social, económico e incluso diría que filosófico, que ha supuesto el programa televisivo Operación Triunfo, probablemente estaba predestinado a contar, también, con su película para cine. Ya explicamos en un Artículo de Fondo en CRITICALIA ("Por qué no ha triunfado O.T. La Película") las razones de su fracaso, pero ahora toca comentar el filme en sí mismo.

Lo primero que llama la atención es por qué han sido Jaume Balagueró y Paco Plaza los elegidos para este encargo. Ambos son directores peritos en cine de terror (del primero es recordable su Los sin nombre y olvidable su Darkness; de Plaza se ha visto recientemente en cine El segundo nombre, también en ese mismo género), y su relación con el musical parece, cuando menos, distante.

Por otro lado, hay una cierta tradición en el género documental por este tipo de filmaciones de conciertos y similares; a bote pronto recordamos, por ejemplo, The Last Waltz, del gran Scorsese, entre otros muchos. Pero O.T. La Película parece tomar un sendero no precisamente indagador y mucho menos brillante; se trata de filmar la gira que los dieciséis componentes de la primera Academia realizaron conjuntamente durante la primavera y comienzos del verano del 2002. En ese aspecto, cualquiera que haya visto los resúmenes que la propia TVE emitió con reiteración, más la gala final de la gira, en Madrid, también retransmitida por La Primera, tendrá una idea cabal de lo que fue.

Aparte de ello, lo que da algún valor a este filme para cine son las secuencias entre bambalinas, pero en general son bastante inanes, como si los directores tampoco se hubieran partido mucho la cabeza para intentar ofrecer algo de interés; o tal vez es que no lo hubo... Así las cosas, quedan detalles, como el rifirrafe entre los miembros del grupo Fórmula Abierta por problemas sobre el escenario, o las confesiones de algunos de los flamantes nuevos cantantes, contentos por su mucha suerte por el éxito, pero a la vez nostálgicos de la libertad perdida, tal vez definitivamente. En resumen, un documental muy mediocre, que no alcanza la altura de un programa que ha hecho época y ha conseguido que las televisiones se replanteen si dar basura a todas horas, finalmente, no se estará volviendo en su contra.