André Téchiné es, hoy por hoy, uno de los cineastas franceses con más pedigrí, y sus películas no suelen defraudar. Consecuentemente, su nuevo filme, Les temps qui changent (algo así como Los tiempos que cambian, aunque en España se ha optado por el título más bien anodino de Otros tiempos), tiene interés.
Quizá no tenga la extraordinaria sensibilidad de Los juncos salvajes o la amargura de Los ladrones, ni tampoco ofrece el devastador aunque sobrio retrato marginal de En la boca, no, pero esta última obra de Téchiné tiene sabor a buen cine.
Como casi siempre en su filmografía, estamos ante amores cruzados, no necesariamente correspondidos. El de esta película es incluso quevedesco, recordando el bellísimo verso del ilustre vate madrileño, "amor constante/ más allá de la muerte", aunque para la ocasión, el director lo sustituya por "más allá del coma profundo...".
Cuenta una historia entre dos comunidades tan interdependientes, aunque no lo parezcan, como la francesa y la marroquí, con una familia de esa primera nacionalidad que vive en Tánger, a donde llegará un hombre ya maduro, el primer amor de la esposa, que, como el Florentino Ariza de El amor en los tiempos del cólera, ha esperado décadas para conquistar a su dama.
Otras líneas argumentales, como el hijo bisexual que no sabe lo que quiere, o la nuera escindida entre sus problemas como madre y su disociación de su hermana gemela, conforman un cuadro peculiar, una historia entre dos mundos distintos pero a veces tan parecidos, al menos en los sentimientos.
90'