Esta película fue presentada en la Sección Oficial a Concurso del XVII Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
Jorge Fons (Tuxpan, Veracruz, 1939) es un guionista y director mexicano que estudió cine en la prestigiosa UNAM de Ciudad de México. Es uno de los más respetados cineastas aztecas, perteneciente a la quinta posterior a los clásicos conocidos como la Generación de la Edad de Oro (Emilio “Indio” Fernández, Roberto Gavaldón, René Cardona, Emilio Gómez Muriel...), habiendo sido presidente de la Academia de Cine de México. En su filmografía destacan varios títulos, generalmente con una intencionalidad social: Los cachorros (1973), sobre la novela homónima de Vargas Llosa; el thriller Los albañiles (1976); esta Rojo amanecer (1989); El callejón de los milagros (1995), sobre la novela del Nobel egipcio Naguib Mahfuz; y El atentado (2010), sobre la novela de Álvaro Uribe (no confundir con su homónimo que fue presidente de Colombia).
Rojo amanecer pasó por el Festival de San Sebastián, siendo a la vez galardonada por el jurado con su Premio Especial y pateada por el público, una muy diversa respuesta para una película que consideramos como mínimo estimable. Cuenta la tragedia acontecida el 2 de octubre de 1968 en el D.F., en la plaza de las Tres Culturas (más conocida como Tlatelolco), la matanza de gran número de los estudiantes que protestaban allí a rebufo de lo ocurrido en París en el Mayo Francés, una masacre ejecutada sin piedad por el ejército y la policía mexicanos, pero vista desde la perspectiva de una familia de clase media, una especie de microcosmos del México de 1968; la contención, el buen tono, la inteligente utilización de la elipsis que se realiza durante toda la primera hora, dará paso a una segunda parte más efectista, con una auténtica orgía de tiros y sangre para presentar descarnadamente la atroz matanza, cuyo número de víctimas aún hoy, varias décadas más tarde, sigue sin conocerse a ciencia cierta, si bien se estima en varios cientos de muertos e innumerables heridos.
La película tuvo que ser rodada en secreto, al no disponer de los permisos gubernamentales correspondientes, que se le denegaron cuando el guion explicitaba que trataba de la matanza de Tlatelolco. Finalmente, presionados por la opinión pública interna y la internacional, el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que buscaba dar una imagen de aperturismo, autorizó su exhibición pública, consiguiendo Rojo amanecer un gran éxito de público y crítica, y siendo galardonada con un total de nueve Ariel (los premios del cine mexicano), entre ellos el de Mejor Película.
Es cierto que la película a veces tiene cierto tono desaliñado, lo que habrá que atribuir sin duda a ese rodaje secreto y precarísimo que hizo que se filmara en un lugar escondido en el extrarradio del D.F., con maratonianas sesiones que se prolongaban incluso de madrugada, y con extenuantes problemas de financiación que se resolvieron con una donación “in extremis” del actor Valentín Trujillo, que se convirtió de esta forma en coproductor de la cinta.
Siendo una película que denunciaba la execrable masacre que sucedió en la Plaza de las Tres Culturas aquel aciago día, sin embargo Fons no se atrevió a poner nombre y apellidos a los responsables últimos de la misma, el que era presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, y el entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría, que sustituiría (quizá como “premio”...) al anterior en la más alta magistratura de la nación.
Entre los intérpretes encontramos veteranos como Héctor Bonilla y María Rojo, pero también gente joven que después ha tenido incluso repercusión internacional, como Demián y Bruno Bichir.
(13-03-2021)
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