Pelicula:

Esta película forma parte de la Sección Oficial del 18º Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’2021).

Václav Kadrnka (Zlín, 1973) es un guionista y director checo cuya adolescencia transcurrió en parte en Gran Bretaña, a donde su familia consiguió viajar huyendo de la persecución del régimen comunista hacia su padre; en Inglaterra estudiaría teatro en Londres. Derrumbado el Muro de Berlín y proclamada la democracia en Checoslovaquia, así como la división del antiguo país en la República Checa y Eslovaquia, Kadrnka estudió cine en la Filmová a televizní fakulta (FAMU), la Facultad de Cine y Televisión de Praga. A finales del siglo XX comenzó una carrera como cortometrajista, iniciada con el titulado Defector (1998) y continuada con otros, hasta que finalmente debuta en el largometraje con Osmdesát dopisu (2011), conocida internacionalmente con el título en inglés Eighty letters, film de marcado corte autobiográfico, en el que narra la huída de su madre y de él mismo, todavía adolescente, de la Checoslovaquia comunista; y Krizácek (2017), película también conocida en el exterior como Little crusader, ambientada en el siglo XIII en el país, sobre la desaparición de un niño y la búsqueda por parte de su padre, película que ganó el Globo de Cristal en el Festival de Karlovy Vary.

Con esta Saving one who was dead (título inglés que sería literalmente “Salvando a uno que estaba muerto”, mientras que el título en checo, según el traductor online que hemos usado, sería algo así como “Informe de rescate de muertos”) Kadrnka completa una trilogía que ha denominado “Ausencia de un ser querido”. La historia sucede en nuestros días, en un hospital de la República Checa. Allí conoceremos a los tres personajes prácticamente únicos, el padre, como de 70 años, que está ingresado en la unidad de neurología tras sufrir un derrame cerebral, encontrándose en coma desde entonces; la madre, quizá en los 60, y el hijo, aproximadamente de 40 años. Ambos intentan, por consejo de los médicos, hacerle llegar al enfermo comatoso palabras de aliento que procuren su vuelta a la vida, aun sabiendo, porque se lo han dicho los galenos, que las posibilidades para ello son escasas. Pero ambos no cejan en su empeño...

La película está basada libremente, según ha explicado el propio director, en su experiencia cuando su padre sufrió un accidente cerebral similar al que se representa en el film. De esa experiencia, sin duda traumática, Václav ha extraído esta película curiosa, que parece a ratos inspirada en el cine de Aki Kaurismäki, por sus personajes de rostros hieráticos, pero sin el humor soterrado de las pelis del cineasta finés; también recuerda a Bresson y su cine de la sobriedad, del despojamiento absoluto, aquí reflejado en el austero escenario hospitalario, con sus blancas, ominosas paredes, con sus salas de espera de sillas alineadas, con sus circunspectas personas esperando que les llegue el turno de ser atendidas por el profesional sanitario; puestos a encontrar parecidos, incluso hablaríamos del cine de Jacques Tati y su gusto por las largas caminatas por los pasillos: lo que andan esa madre y ese hijo por los corredores del hospital...; eso sí, aquí tampoco hay ni sombra del humor casi de cine mudo del autor de Playtime.

Mencionados los parecidos formales, habrá que decir pronto que, desde luego, Kadrnka no comparte ni por asomo el talento de los tres cineastas citados: su cine es pastoso, premioso, con una primera parte sumamente tediosa, con los dolientes familiares intentando constante, infructuosamente que el paciente vuelva del limbo en el que se encuentra, repitiéndose en las peroratas que transmiten al enfermo y que no nos dicen gran cosa; una segunda parte en la que se da entrada a elementos simbólicos (esa pelotita de tenis que le dan para que el enfermo, si puede, la apriete con la mano; ese niño monitorizado que no será otro que el hijo del comatoso cuando aún era infante) gana enteros, empezando a interesarnos conforme la trama se va convirtiendo, curiosamente, en una historia más abstracta, como más metafísica, una vez que los familiares parecen irse resignando a la que parece dura realidad, que el enfermo no vuelva nunca a la vida como la entendemos.

Film curioso por su planteamiento tan austero, en un cine actual que busca permanentemente la amenidad, la diversión y la velocidad a todo trance, y con un tema tan tabú como la enfermedad grave y el cuidado indefinido de los pacientes sin mucha esperanza, la película tiene su interés, sin ser nada del otro mundo, aunque gana al espectador muy cinéfilo por su osadía, hablar de enfermos terminales en un mundo en el que de ese tema no se habla, niño…

(12-11-2021)


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90'

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Saving one who was dead - by , Nov 12, 2021
2 / 5 stars
Resabios de Kaurismäki, de Bresson, de Tati