Robert E. Howard, autor de los personajes de Conan el bárbaro y Red Sonja, ambos llevados al cine, está considerado el creador del género de espada y bujería. También inventó el de Solomon Kane, cuyas primeras aventuras se publicaron en agosto de 1928. El escritor se suicidó en 1936, a los 30 años de edad, pero dejó bastante material como para que el cine pueda hacer una trilogía sobre la leyenda de este mítico y atormentado sujeto. Todo dependerá de los resultados en taquilla. A pesar de cuanto escribió sobre él, la película inventa algo sobre su origen, cosa que nunca apuntó el autor. La acción comienza en el Norte de África en 1600 y se desarrolla posteriormente en Inglaterra, en la que este guerrero, tras haber cometido múltiples crímenes, trata de encontrar redención a sus pecados en la fe católica ingresando en un apartado monasterio. Una vez cumplida su estancia en el mismo, a su salida es asaltado y vapuleado por unos bandidos pero no se defiende. Se decidirá a ello al ser secuestrada la hija de aquel que le curó sus heridas y le jura que se la devolverá sana y salva, aunque para ello vuelva a poner en peligro su alma, regresando a la violencia y poniendo al servicio de esa justa causa todos sus conocimientos sobre la lucha.
Este podía haber sido un film de aventuras a la antigua usanza pero mezcla en su continuidad la acción y el terror surgido de los poderes infernales que a nuestro juicio estropean un relato que se desarrolla en tiempos de sortilegios, oscuridad y brujería, poblado de siniestros personajes y demonios surgidos del averno, que resultan de un guión deslavazado y una narración que avanza de manera irregular. La cinta es parecida a otras de su género, pero se queda en una simple producción de serie B que, aunque no abusa de los efectos especiales, no alcanza un buen nivel, a pesar de haber dispuesto de un presupuesto de 40 millones de dólares, que le permiten esconder visualmente algunos de los errores argumentales. La puesta en escena del británico Michael J. Bassett, el guionista que debutó como director con Deathwatch, no está sobrada de imaginación. James Purefoy tampoco aporta una gran personalidad a su papel. Espectacular la banda sonora de Klaus Badelt, aunque no sea muy original.
Solomon Kane -
by Francisco Casado López,
Jan 12, 2010
0 /
5 stars
En busca de redención
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