Enrique Colmena

Se clausuró el XIII Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’2016) el sábado día 12 de Noviembre, con la prevista gala de clausura en el hispalense Teatro Lope de Vega. De esta forma se ha cerrado la edición decimotercera de este certamen que, ciertamente, se ha convertido ya en un referente cultural en la ciudad, si bien es verdad que le falta dar el salto a los medios nacionales, que por ahora lo ignoran, quizá por la falta de personajes de relumbrón que son los que llaman la atención a los grandes “mass media”. Dicho sea de paso, tampoco eso debería preocupar demasiado, siempre y cuando la programación sea buena, la organización correcta y la oferta cultural interesante, como viene siendo habitual en el SEFF, y como este año ha vuelto a ocurrir. Como diría Woody Allen, si la cosa funciona, ¿para qué hacer variaciones?

El festival dirigido por José Luis Cienfuegos ha cogido ya un punto que, a poco que se sigan haciendo las cosas bien, como hasta ahora, puede dar muchos réditos culturales a la ciudad. A falta de datos de asistencia a las salas, que a la hora de redactar estas líneas no se conocen, la impresión, a la vista de los locales llenos, de las largas colas en taquilla para sacar las entradas y también para el acceso a las salas, es la de que el público sevillano sigue valorando el festival y acudiendo en masa (en la masa minoritaria que gusta de este tipo de cine, se entiende), más allá de colectivos que pudieran considerarse cautivos, como los estudiantes y su interés por conseguir créditos universitarios. Lejos de ello, las butacas se han llenado de gente de muy diversa edad y condición, confirmando con ello que, si la oferta es interesante y los precios razonables, el interés por el buen cine, en Sevilla y me atrevo a decir que en cualquier otro lugar, está asegurado.

En cuanto al palmarés, el Jurado de la Sección Oficial se decantó fundamentalmente por el cine francés, cinematografía que era quizá la preponderante en el certamen, lo que haría lógico tal fallo. El Giraldillo de Oro, máximo galardón del SEFF, fue para Ma loute, de Bruno Dumont, película que también se llevó el Premio a la Mejor Actriz para Raph. El Premio Especial del Jurado fue para la curiosa Mimosas, filme de coproducción franco-hispano-marroquí-catarí dirigido por Oliver Laxe, al que se ha motejado con el peculiar apelativo de “western sufí”; también ganó una mención especial al Mejor Sonido y Montaje.

La Mejor Dirección ha sido para el francés Alain Guiraudie y su Staying vertical. El cineasta galo ya ganó el Giraldillo de Oro en el SEFF hace tres años con El desconocido del lago, así que ya sabe lo que es el éxito en el certamen sevillano. Le fils de Joseph, coproducción franco-belga de Eugéne Green, ganó tanto el Premio al Mejor Guión, para el propio Green, como el galardón al Mejor Actor, para Victor Ezenfis. El Premio a la Mejor Fotografía fue para la anglo-norteamericana American honey, cuyo director de fotografía es Robbie Ryan.

En la Sección Las Nuevas Olas se premió por parte del Jurado Camp_US de la Universidad de Sevilla como Mejor Película a la polaco-suiza The sun, the sun blinded me, y se otorgó el Premio Especial a la franco-turco-rumana Albüm, además de conceder una Mención Especial para la franco-italiana Daydreams. En Las Nuevas Olas-No Ficción se premió a la austriaca Paradise! Paradise!, y el Premio Eurimages fue para la alemana Toni Erdmann, que también se llevó el Premio del Público de la Sección EFA. El Premio de la Fipresci, habitual en cualquier festival que se precie, fue para la española (por fin pillamos algo…) Los objetos amorosos, y el Premio De Luxe para la Sección Resistencias para la también hispana Días de color naranja, del consagrado (a nivel indie) Pablo Llorca.

La Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía concedió el Premio ASECÁN a la búlgara Godless, y el III Premio Ocaña a la Libertad fue para la islandesa Heartstone.

Como se ve, un palmarés muy repartido, que confirma que no ha habido un título que haya descollado claramente sobre los demás. Por nuestra parte añadiremos que extraña no ver entre los premiados a dos títulos, la rumana Dogs y, sobre todo, la británica Amor y amistad, si bien es cierto que en este último caso el hecho de que sea un filme dentro de los estándares comerciales, con distribución internacional, actores conocidos y temática supuestamente no transgresora (aunque de eso habría mucho que hablar…), pudiera justificar que el filme de Whit Stillman se haya ido de vacío. Claro que, en ese caso, ¿por qué se admitió a competición?

El Festival de Cine Europeo de Sevilla, como hemos dicho, ha llegado a ese punto de maduración que, si las cosas no se tuercen y se siguen haciendo como hasta ahora, nos puede deparar a los sevillanos una cita asegurada con el buen cine del Viejo Continente durante muchos años. Ojalá…

Pie de foto: Foto de familia de los premiados en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2016.