Adam y ellas

Ahora que las películas se estrenan recién terminadas, con las latas llegando calentitas del laboratorio, resulta insólito encontrarse con cintas como esta coproducción entre Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos, que además tiene a la productora Miramax como garantía de distribución mundial y que se rodó en 2000.

Quizás la vulgaridad del producto y su escasa originalidad explican en parte esa tardanza y hacen más incomprensible su esfuerzo de producción, simplemente para contarnos la historia de un joven modernito que se liga simultáneamente a tres hermanas, si bien se redime moralmente al terminar casándose con la primera.

El director y guionista del enredo es un irlandés, Gerard Stembridge, con la tradicional experiencia teatral de los realizadores británicos y que ya se había fogueado como guionista cinematográfico en Nora o Criminal y decente. Intenta ser original en su narración, con idas y venidas temporales, alguna escena un poquito osada y la baza de un reparto variopinto en donde se puede encontrar a la rubia Kate Hudson (la niña de Goldie Hawn, que vimos en Casi famosos) junto a Frances O’Connor y Charlotte Bradley.

Las tres caen bajo el dudoso poder de seducción de otro irlandés, el actor Stuart Townsend, al que parecen irle bien las cosas, estrenando ahora simultáneamente un trabajo posterior, La reina de los condenados.

Adam y ellas, en definitiva, no pasa de ser el ejemplo de cómo las carteleras estivales se vulgarizan y repescan cintas que parecían destinadas a salir en vídeo directamente, pero acaban sorpresivamente en la gran pantalla.