Sidney Poitier dio a conocer en 1967, en el filme de Norman Jewison En el calor de la noche, el personaje del inspector Tibbs, uno de los primeros policías negros que aparecían en la pantalla grande, en un paisaje además poco propicio para semejantes modernidades (para la época, se entiende), nada menos que el irredento y racista Sur americano.
Sobre este personaje que tuvo mucha repercusión comercial e incluso crítica (a lo que no fueron ajenos sin duda los cinco Oscar que obtuvo la citada En el calor de la noche) se hicieron algunas otras cintas, la segunda de las cuales fue esta Ahora me llaman señor Tibbs, que evidencia en el título el respeto que ya le tienen al agente de la Ley.
En esta ocasión habrá de enfrentarse a un caso especialmente delicado, al estar implicado en un asesinato su mejor amigo. Dirige Gordon Douglas, el autor de El detective, un hombre que se manejaba con soltura en el género policiaco, aunque en esta ocasión no estuviera especialmente brillante.
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