Al límite de la verdad

Ciertamente no era previsible que el más bien ramplón director de Notting Hill, Roger Michell, fuera capaz de poner en escena este percutante drama sobre la ética, la venganza y lo necesario que es, siempre, hacer lo correcto.

Al límite de la verdad plantea una de esas situaciones que, por más azarosas que parezcan, tal vez puedan ocurrir: un joven y ambicioso abogado y un hombre gris en busca de recuperar a sus hijos tienen un pequeño accidente de tráfico; el primero deja tirado al segundo en el lugar de autos (nunca mejor dicho...), pero se deja allí un documento vital; la recuperación de ese MacGuffin será el detonante para el cambio de caminos que indica el título original, todo ello a lo largo de un día de furia en el que ambos perderán sus esperanzas para, sin embargo, recuperarse a sí mismos como seres humanos justos.

Denuncia de los turbios manejos de los ladrones de cuello blanco, pero, sobre todo, vibrante y brillante drama colindante con el thriller, en el que los dos protagonistas buscan enderezar el rumbo perdido en un fútil accidente de tráfico, el filme termina siendo una muy potente mezcla de intriga y casi de acción y al tiempo una película sobre la necesidad de recuperar la propia estima, todo ello a un ritmo vertiginoso, con un notable guión en el que sólo muy de vez en cuando chirría algún cojinete, con una dirección de Roger Michell que confirma que es un cineasta de raza y que puede dar lo mejor de sí a poco que tenga una buena historia que contar, como en este caso; convincentes los dos protagonistas, abocados a un infierno de ansiedad del que no saben salir, y del que sólo podrán escapar cuando, por fin, hacen lo correcto.

En otro tiempo las moralejas quizá estaban de más; en este mundo caótico y sin valores que nos ha tocado vivir, que alguien recuerde que lo importante es comportarse decentemente, es casi revolucionario...