Beekeeper. El protector

Cuando en la cabecera de cartel de una película aparece el nombre del actor Jason Statham, cualquier espectador sabe que se trata de un relato de acción. En Beekeeper. El protector (2024), dirigida por David Ayer, no iba a ser distinto, sería una rara excepción.

La historia que se cuenta es la de Adam Clay, un hombre que disfruta de su retiro dedicándose a criar abejas y para ello le ha cedido un recinto Eloise Parker, una señora ya mayor, que en sus ratos libres trabaja desinteresadamente para una asociación que cuida de niños desvalidos a la que le lleva la contabilidad.

Una gran empresa que se dedica a estafar online a personas que creen en su buena fe, le manda un virus que le altera su ordenador y le pone un teléfono en el que se lo pueden arreglar. Ella llama y le vacían los dos millones que tiene en la cuenta de la asociación y el poco dinero de la suya. Cuando se da cuenta de que ella y la asociación están en la ruina, se suicida.

La policía cree que Adam Clay es el asesino, pero se demuestra que no lo es, y él no cejará hasta acabar con la organización para vengar la muerte de la señora que lo acogió y hacer justicia. Adam Clay perteneció en su momento a un organismo de alto nivel conocido como Beekeeper, al que el gobierno acude en situaciones de emergencia nacional extrema, por lo que está muy preparado en defensa personal y con toda clase de armas, por lo que los muertos que deja tras de sí es de lo más espectacular. Clay se porta bien con las personas decentes pero es implacable con los estafadores y asesinos.

Los espectadores del cine de acción tienen la diversión asegurada, porque no para de encontrarse con un buen numero de enemigos hasta llegar a la cumbre de la organización dirigida por Derek Danforth, liquidando a todos hasta descubrir y destrozar la conspiración de estafadores situada en las más altas esferas del gobierno y hacer la debida justicia con toda clase de recursos a su alcance.

La campaña de venganza de este hombre adquiere dimensiones nacionales cuando descubre que apoyándola está un antiguo directivo del FBI y una política que ha utilizado los fondos que le proporciona su hijo Derek de las estafas millonarias, sin saber ella de su procedencia, ni de esas actividades delictivas.

David Ayer es un director norteamericano especialista en largometrajes de acción, como lo ha demostrado en sus títulos Sin tregua (2012), Sabotaje (2014) y Escuadrón suicida (2016), por citar algunos de los más recientes. Ahora se enfrenta a esta historia llena de acción y violencia, con la experiencia que le dan sus realizaciones anteriores en este género, y con Jason Statham al frente, logrando un entretenido espectáculo para los espectadores que gusten de este género.