Pelicula:

Esta película se pudo ver en la Sección Oficial (Fuera de Competición) del Sevilla Festival de Cine Europeo (SEFF’2015).

Lo siento, pero no he entendido nunca el (moderado) prestigio del que ha gozado el director y guionista francés Paul Vecchiali. Coetáneo de los grandes de la Nouvelle Vague, de Truffaut a Godard, pasando por Chabrol, Rohmer o Rivette, ninguna de las películas de Vecchiali, sin embargo, le llega a la suela de los zapatos a cualquiera de las de estos cineastas que sí convulsionaron, para bien, el cine de su época. Muertos Truffaut y Chabrol, viejísimo y retirado Rivette, con Godard a su bola (como siempre, por lo demás), parece que este Vecchiali es el único vestigio en ejercicio de aquel movimiento que cambió el mundo (del cine, se entiende).

Pero lo cierto es que el cine de Vecchiali es fatuo, impostado, muy contento de haberse conocido, arrogante; parece que está diciendo siempre, mira qué inteligente soy y qué solución tan brillante para resolver una escena.

De esta forma, la historia de C’est l’amour, trufada de extravagancias, se adorna, por decirlo de alguna forma, con recursos formales como repetir exactamente la misma escena (hablamos de siete u ocho minutos, nada de quince segundos...) con los dos tiros de cámara posibles en un plano/contraplano. Así, vemos al personaje varón llegar a casa del trabajo y hablar con su mujer mientras ésta permanece en off, al otro lado de la cámara; posteriormente veremos esa misma escena, de nuevo con los mismos diálogos literales, con el contraplano correspondiente, con ella en imagen y el marido en off: guau, qué originalidad... y qué castaña, contarnos dos veces lo mismo, sin matices, salvo las caras que ponen sus protagonistas, que no aportan gran cosa. Más tarde tendremos otra escena similar, pero aquí Vecchiali ya se debió sentir el genio de los genios, y repite los mismos diálogos pero ahora en un mismo plano, primero sobre la cara del ex militar y después, tras un pequeño movimiento de cámara, sobre la cara de su amante, el actor; diremos, parafraseando al Shylock de El mercader de Venecia: ¡un segundo Welles!

Bromas aparte, C'est l'amour habla, supuestamente, de lo que es el amor, pero me temo que si eso es el amor, apaga y vámonos. Porque la moraleja que parece desprenderse (muy crípticamente, eso sí) de la historia es una sibilina apuesta por un amor en el que la mujer, si se convierte supuestamente en un problema para el varón, la solución es eliminarla: ¿a estas alturas andamos con semejante despropósito? La aparición del propio Vecchiali en el papel del padre de uno de los varones, vértice del extraño triángulo que se forma en el filme, parecería confirmar que ésa es su tesis, aunque queremos creer (crédulos que somos...) que Vecchiali no está por esa labor, sino que lo que hace es justamente denunciarlo. Mejor nos lo creemos…

Aparte de ello, el filme es pesado, sin ritmo, carece de novedad más allá de la forma triangular amorosa que plantea, por lo demás más que vista. Pero el look es casposo, los intérpretes son de pena y el conjunto resulta, cuanto menos, estomagante. Si Vecchiali es el colmo de la modernidad, que Dios nos coja confesados...


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98'

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C'est l'amour - by , Nov 10, 2015
1 / 5 stars
¿De verdad esto es el amor?