Dentro del laberinto

Agotada en los años ochenta la saga de las galaxias, Star Wars (que después resurgiría de nuevo con fuerza a partir de finales del siglo XX), George Lucas prueba otros caminos como productor, aunque no se puede decir que por aquellos años estuviera demasiado inspirado; véase, por ejemplo, el fiasco de Howard, un nuevo héroe (1986), con un delirante pato parlanchín, que se dio un monumental batacazo en taquilla.

Este Dentro del laberinto es uno de esos intentos de buscar nuevos caminos en la producción; se trata de un film lejanamente inspirado en el clásico de Lewis Carrol Alicia en el país de las maravillas, en el que una adolescente habrá de internarse en un surrealista laberinto para intentar rescatar a su hermano, secuestrado por un pérfido aunque fascinante rey.

Parábola sobre el difícil paso hacia la pubertad, la película no termina de encontrar su punto, quedando como un vistoso juguete intelectualoide, destacando los como siempre espléndidos muñecos del malogrado Jim Henson, el popular creador de Los Teleñecos, que tuvo también una pequeña carrera como director cinematográfico (este es uno de esos films), siendo mucho más prolífico como director de productos televisivos.

Jennifer Connelly es la niña-mujer protagonista, pero su antagonista y autentico motor del film es el cantante David Bowie, que tuvo una estimulante carrera como actor (y con títulos interesantes, a veces incluso fascinantes: Gigoló, El ansia, Feliz Navidad, Mr. Lawrence, El truco final (donde interpretaba al genio Nicola Tesla), que sería también autor de la música de la película.