Easy rider (Buscando mi destino)

Easy rider es una de esas películas míticas que, ciertamente, tienen el problema de envejecer mal. Y es que lo que un día es rebelde, inconformista, revolucionario, cuando pasan cincuenta años parece una historia de ursulinas. Pero es verdad que en su momento este film debió levantar ampollas.

A finales de la década de los años sesenta, dos motoristas, Wyatt y Billy, deciden viajar hasta los carnavales de Nueva Orleans. Para financiar su viaje trafican a gran escala con cocaína comprada en México, lo que parece darles la oportunidad de hacerlo y además vivir una vida muelle. Pero por el camino encontrarán todo tipo de vicisitudes, algunas positivas y otras no tanto...

En 1969 se celebró el festival de Woodstock, que supuso el culmen de la contracultura que durante todos los años sesenta había ido avanzando en todo el mundo: el pensamiento existencialista de Berkeley, el rock de Elvis, el pop de los Beatles y Rollings, el movimiento hippie, la contestación a la guerra del Vietnam... harían en su conjunto que la sociedad de los años setenta se pareciera poquísimo a la de los cincuenta. A ello contribuyó también este film que concentraba en sus dos protagonistas prácticamente todas las características de la contracultura: amor libre, afición a todo tipo de drogas, legales o (preferentemente) ilegales, vida al aire libre, gusto por la música rock, rechazo de todo tipo de autoridad o reglas...

Easy rider tuvo un gran éxito en la juventud de su época, que lo tomó como film de referencia, y se puede considerar sin duda como un icono de un tiempo en el que la sociedad cambió abrumadoramente, un cambio del que las décadas posteriores, modulándolo, ha vivido hasta nuestros días.

Dennis Hopper debutó en la dirección con fortuna, haciendo esta oda contracultural que costó poquísimo y recaudó una cantidad desmedida para el gasto que se hizo. Peter Fonda, además de ser el protagonista y coguionista, coprodujo el film y fue, de alguna manera, su alma. Aparece también un Jack Nicholson que todavía no era el mito del cine que sería a partir de Alguien voló sobre el nido del cuco y Chinatown, en un papel que le iba a las mil maravillas; y Karen Black, que fue musa de toda una generación durante los años setenta (El gran Gatsby, Como plaga de langosta, Family plot), para después adocenarse y dedicarse a hacer productos sin relieve alguno.