Estamos ante uno de los filmes del prolífico Jesús Franco que cuenta con una mejor reputación, probablemente por haber contado con más medios económicos que los habituales en este director prácticamente “underground”. Nada menos que cuatro cinematográficas europeas se unieron para producir en comandita este filme, una adaptación bastante aproximada al original de Bram Stoker. Un joven inglés llega al castillo del conde Drácula, donde será huésped durante algunos días. Su anfitrión prodiga su hospitalidad, pero el joven no puede salir de su habitación de noche, y cada mañana se despierta muy cansado y falto de vida. El conde Drácula es una película que no aporta nada al mito del vampiro, uno de los más fascinantes personajes del género de terror, y además es una película extrañamente fría, sin los ramalazos genialoides tan característicos de Jesús Franco, dedicado desde hace ya decenios a la pornografía de lujo. Lo mejor de la película es sin duda su reparto, encabezado nada menos que por el mismísimo Christopher Lee, el hombre que más cabalmente ha representado al vampiro por excelencia, en la serie cinematográfica que realizó, durante los años cincuenta y sesenta, la productora británica Hammer. También está Herbert Lom, protagonista a su vez de una interesante versión de El fantasma de la Ópera, y Klaus Kinski, el protagonista de Nosferatu, vampiro de la noche, de Werner Herzog. Como se ve, un trío de campanillas que además ha protagonizado, cada uno por su lado, filmes de terror ya clásicos. La bella más conocida es la sevillana Soledad Miranda, prematuramente muerta en accidente de tráfico.
El conde Drácula -
by Enrique Colmena,
Oct 06, 2006
1 /
5 stars
Extraña y fría
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