En 1974, cuando todavía el régimen franquista se empecinaba en no arrojar la toalla, y la censura seguía siendo considerablemente dura, Tomás Aznar tuvo la brillante idea de recurrir a un clásico, además cura, para ofrecer buenas dosis de carne fresca al españolito de a pie, ayuno de epidermis que llevarse a los ojos. Fue una operación parecida a la que perpetrara César Fernández Ardavín con La Celestina, y obtuvo un rotundo éxito en taquilla. Con la excusa de la búsqueda de Dios, Aznar hizo que el Arcipreste de Hita se diera sus buenos revolcones. El tiempo no ha pasado en vano, y lo que en su momento tuvo alguna frescura por su planteamiento, hoy es una reliquia nada erótica y escasa en interés cinematográfico.
Juan Ruiz, conocido en el siglo como el Arcipreste de Hita, uno de los más sensibles rapsodas de las letras españolas de la Edad Media, elude el compromiso matrimonial impuesto por su familia. Desengañado de un amor, su inocencia irá perdiéndose en brazos de sucesivas mujeres.
Protagoniza con desparpajo Patxi Andión, a su vez también compositor de la música del filme, inspirada en madrigales medievales, quizá lo mejor de cinta. Las señoras ponen su palmito y su piel, y poco más. A destacar entre las bellas la presencia de una Mónica Randall por aquel entonces treinteañera.
El Libro de Buen Amor -
by Enrique Colmena,
Sep 16, 2011
1 /
5 stars
Eludiendo la censura
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