Pelicula:

A principios de los años ochenta, la poderosa Universal preparaba desde algunos años atrás un “remake” de Scarface, el clásico negro que Howard Hawks dirigió en 1932 con guion de Ben Hecht e interpretada por Paul Muni. Al Pacino, que estaba personalmente interesado en el proyecto, le había hablado del mismo a Brian de Palma con motivo de sus anteriores contactos sobre Impacto, film que finalmente Pacino no llego a interpretar (lo haría John Travolta). El actor italoamericano, entonces ya un poderoso hombre de Hollywood, propuso al estudio el nombre de Brian de Palma para llevar a cabo el “remake”, y Universal le encargó la nueva versión de Scarface, que se rodaría en 1983 con localizaciones en Miami.

Varias imágenes documentales al inicio del film nos muestran la salida por Puerto Mariel en 1980 de 125.000 cubanos, salida propiciada por el régimen de Fidel Castro que, si hay que creer las crónicas de la época, se deshizo así de un buen número de delincuentes comunes, camuflados entre tan gran contingente humano que querían emigrar a Estados Unidos, a la cercana Miami. Entre esos delincuentes comunes se encuentra Tony Montana, quien, ya en Miami y junto a su amigo Manny, es encargado de matar a un refugiado político, antiguo colaborador de Castro. Tras cometer el crimen, Tony y Manny consiguen el ansiado visado para permanecer en Miami. Allí son contratados por Frank López, uno de los jefes de la mafia cubana, que les envía a recoger un cargamento de cocaína...

Para los seguidores de la obra de Brian de Palma parece obvio que El precio del poder es quizá la única película del director italoamericano de su primera época (años setenta y ochenta) que podría estar firmada por cualquier otro cineasta USA de buen oficio. Es evidente a nuestro juicio su impersonalidad, dotada eso sí de una excelente factura formal, pero desprovista de los habituales temas del Brian de Palma de aquel tiempo, sin su estilo barroquizante y ampuloso. Y es que, aunque de Palma había manifestado su interés desde hacía tiempo por hacer “una de gánsters”, lo cierto es que este género no cuadraba, al menos entonces, con sus intereses y preocupaciones, aunque posteriormente haría otro film en esa línea, Los intocables de Eliot Ness, que sí concitó un mayor aprecio crítico, lo que no se dio en este caso.

El precio del poder (horrible título en España, ciertamente, para el original Scarface, algo así como “Cara cortada”, por el apelativo del hampón), fue un encargo que, eso sí, ayudó a de Palma a sobrellevar el fracaso comercial de su ambicioso film anterior, Impacto. Brian de Palma contó con más recursos económicos que nunca, además de toda una refulgente estrella como Al Pacino, pero el resultado fue un film sin fisonomía propia, que hacía recordar con nostalgia las imágenes plásticas e intemporales del antecedente hawksiano.

Hay algunos datos, sin embargo, que emparentan, siquiera remotamente, a El precio del poder con algunos de los recurrentes temas depalmianos, como la preocupación política, aunque ello quizá se deba más a la figura izquierdista del guionista Oliver Stone (entonces todavía prácticamente un desconocido) que al, en ese aspecto, más conformista de Palma.

Se puede afirmar que El precio del poder es una película negra, pero no solo en la acepción relativa al género, al “film noir”, sino también en su concepción dramática. Conforme se van “instalando” en el sistema delincuencial, los personajes del film se irán haciendo más y más amargos. Así, la esposa de Tony, Elvira (Michelle Pfeiffer, en uno de sus primeros papeles protagonistas), mantendrá un puro rictus de indiferencia, cuando no de asco, durante toda la película; la hermana de Tony, Gina, verá destrozada su vida por un hermano críptica pero obsesivamente incestuoso; el propio Tony Montana terminará por pudrirse en su propia desesperación

Estamos pues ante un horizonte pesimista que tan bien conviene a De Palma, pero los personajes carecen de la entidad humana, de la calidad desvalida de otras víctimas depalmianas de sus anteriores películas. El cineasta contempla a los roles del film como marionetas, no les presta el calor de otros de sus personajes anteriores, estos son fríos, casi autómatas.

El precio del poder recaudó bastante dinero, con lo que la Universal quedó satisfecha y también Pacino, que se pudo despachar a gusto en un personaje que incurría en todos los excesos, también en los interpretativos... Obligado a prescindir de sus habituales colaboradores, rodando algo en lo que no creía, Brian no puedo decir lo mismo: era el precio del encargo.
   
(11-06-2020)


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170'

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El precio del poder - by , Jun 11, 2020
2 / 5 stars
El precio del encargo