Pelicula:

CINE EN SALAS

El cine romántico que juega con los viajes en el tiempo tiene una larga tradición en el cinematógrafo. Así a vuela pluma podemos recordar algunos títulos bastante conocidos que se desarrollan bajo esa premisa, como, de más antiguo a más moderno, Los pasajeros del tiempo (1979), de Nicholas Meyer, En algún lugar del tiempo (1980), de Jeannot Swarc, La casa del lago (2006), de Alejandro Agresti, Midnight in Paris (2011), de Woody Allen, e incluso el anime japonés Your name (2016), de Mankoto Shinkai.

La gallega Olga Osorio hace con este El secreto del orfebre su segundo largo, habiendo realizado anteriormente varios cortos y un largometraje, ¡Salta! (2023), que pasó más bien desapercibido. Ejerce como profesora en la Escola de Imaxe e Son de La Coruña, así que procede del estimulante venero de la docencia que acaba en la realización cinematográfica, aunque Olga no ha dejado la enseñanza.

La película parte de la novela homónima, publicada en 2003 por la escritora alicantina Elia Barceló (Elda, 1957), a través de la Editorial Lengua de Trapo. Barceló es una de las más respetadas escritoras de ciencia ficción (con irisaciones románticas o no) en el idioma español, así que Osorio partía ya con cierta ventaja, al contar con un material de base interesante.

El film se inicia en Barcelona en 1999; conocemos a Juan Pablo, un reputado orfebre, en torno a los cuarenta años, que va a viajar a Nueva York, pero antes pasará por el pueblo donde nació y se crio, Villasanta (localidad ficticia; realmente se rodó en las localidades riojanas de Elciego y Laguardia), para resolver ciertos asuntos de la herencia paterna recibida. Tras viajar en tren hacia esa localidad, inexplicablemente llega al pueblo pero 46 años atrás, en 1953. Allí se encuentra con Celia, una jovencita prometida con un chico del pueblo; aquella muchacha, sin embargo, tuvo mucho que ver en la juventud de Juan Pablo, como también veremos, y ahora quizá sea el momento de resolver lo que se hizo mal en el pasado...

Lo cierto es que nos parece que El secreto del orfebre, sin ser ninguna maravilla, resulta ser un apañado drama romántico con viaje en el tiempo incluido, viaje para el que, por supuesto, no hay que dar ningún tipo de explicación científica ni pseudocientífica: sucede, y ya está; aquí estamos en el terreno de las emociones, no en el de la Sci-Fi pura y dura... Resulta la película, como decimos, agradable en su planteamiento, una historia con tres tiempos distintos, 1999, 1976 y 1953 (23 años en cada uno de esos saltos, por cierto...), a través de los cuales el protagonista, Juan Pablo, o Pablo, como también se llamará ficticiamente en uno de los segmentos temporales, tendrá la ocasión de enmendar un grave error en el que incurrió en uno de esos momentos, no tanto desde un punto de vista romántico como humano.

La película se deja ver con agrado, aunque hubiera sido de desear un poco más de intensidad, aunque parece evidente que Osorio busca hacer un cine de tempo lento, sin las urgencias del cine moderno, donde tienen que pasar muchas cosas y a un ritmo muy rápido. Se le ha achacado despectivamente ser un cine viejuno, pero no nos parece que sea así, sino más bien “vintage”, un cine que, conscientemente, opta por (a)parecer como antiguo, entendiendo la palabra en su acepción de clásico. No diremos que lo haya conseguido plenamente, pero sí nos parece que su propuesta es interesante, nunca toma el pelo al espectador, y además le regala una  historia de amor a lo largo del tiempo con un final en el que la llamada “paradoja del astronauta” no solo se salda sin daños colaterales, sino que además endereza la historia que se había torcido por una mala gestión de los sentimientos. Recordaremos que la conocida “paradoja del astronauta” viene a decir que, si un astronauta viajara en el tiempo hacia atrás y matara a su abuelo, él no podría haber existido en el futuro y, por tanto, no podría haber viajado hacia atrás; claro que la pregunta del millón es: ¿para qué iba un astronauta a viajar en el tiempo para matar a su abuelo? ¿No tendría otras miles de cosas mejores que hacer...?

Correcto trabajo actoral, mayormente de los protagonistas absolutos, Mario Casas y Michelle Jenner, que en tiempos fueron una bonita pareja juvenil (en la serie Los hombres de Paco, por ejemplo), y que ahora, ya frisando la cuarentena, curiosamente solo comparten un único plano, además hecho jugando con metáforas procuradas por estos viajes en el tiempo que tienen lugar nada menos que en los viejos trenes expresos españoles de la época de Franco, que ya tiene mérito...

Eso sí, llama la atención que no se haya escogido al hermano de Mario Casas, Óscar, para hacer de él en su etapa joven, dado el evidente parecido entre ambos (los genes son los genes...), mientras que el actor elegido, Enzo Oliver, no tiene, ni de lejos, tanta similitud.

(08-03-2025)


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99'

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El secreto del orfebre - by , Mar 10, 2025
2 / 5 stars
La paradoja del astronauta en clave romántica