Pelicula:

Joâo Pedro Rodrigues  (Lisboa, 1966) es un guionista, montador y director portugués que está haciendo cine desde finales de los años ochenta, con una obra ecléctica en cuanto al formato (largos de ficción, cortos, documentales...), pero en los que en la temática siempre aparece, de una forma u otra, el elemento homoerótico. Su primer largometraje de ficción, O fantasma (2000), causó impacto por sus imágenes sexualmente explícitas, aunque lo cierto es que era una marcianada bastante curiosa. Ahora, con este Fuego fatuo, Rodrigues presenta lo que él mismo denomina, en los títulos de crédito, “una fantasía musical”.

La acción transcurre en hasta tres momentos temporales distintos: se inicia en el futuro, en 2069, en una secuencia a modo de prólogo, a la que después se retornará en una especia de epílogo, en la que vemos a Alfredo, príncipe heredero de la monarquía portuguesa (extinguida en 1910 por un golpe de estado que estableció la República), en su lecho de muerte, ya muy mayor; dando un salto hacia atrás, llegamos a 2011, y vemos a Alfredo, adolescente, con sus padres, quienes viven todavía como si fueran los reyes que no son, con sus ínfulas patricias y su mirar a los demás por encima del hombro; unos años más tarde, y tras los graves incendios forestales que tuvieron lugar en la pasada década de los años diez en Portugal, que devastaron miles de hectáreas, Alfredo, ya joven adulto, muy concienciado con el problema del fuego en los bosques, y sabedor de que, como él mismo dice, es “pretendiente de nada” (se refiere a la figura de “pretendiente al trono”, claro está), decide convertirse en bombero, ante la estupefacción de sus egregios padres... Ya en el parque de bomberos, el muchacho pronto se queda prendado (y no hablamos de sus virtudes bomberiles...) del instructor que le adjudican...

Lo cierto es que esta Fuego fatuo, no demasiado lejana en su delirio a la mentada O fantasma, nos parece también una marcianada, aunque, eso sí, una marcianada que no se toma a sí misma demasiado en serio, lo cual es un punto a su favor; también lo es su corta duración, poco más de una hora, en una historia que parece tener cierta intencionalidad antimonárquica, cosa más bien extraña, si tenemos en cuenta que la dinastía de la Casa de Braganza, últimos reyes efectivos de Portugal, solo concita hoy los fervores de cuatro chalados, y nadie, en su sano juicio en el querido país hermano, suspira porque vuelvan otra vez los tíos de la corona, felizmente instalados ya en la Historia.

El otro tema del film, al menos inicialmente, es un cierto ecologismo un tanto naif, un ecologismo cuasi escolar (de hecho, salen varios niños cantando en el bosque...), sobre nuestros amigos los árboles, etcétera. Nos parece que Rodrigues tendrá que mejorar bastante en su concepción coreográfica, porque el baile que se marcan los protagonistas, el principito y su instructor, y como cuerpo de baile los bomberos, resulta manifiestamente mejorable: hemos visto números de baile de final de curso de colegios mejor que éste...

El conjunto, sin ser deleznable, sí resulta más bien insuficiente, aparte de que probablemente haya errado el tiro tomando como diana a un grupo de gente, los realistas o monárquicos, ya sin entidad alguna en Portugal. Eso sí, recorre el film un cierto humor soterrado, irónico, que también es un punto a su favor.

Trabajo correcto, sin alharacas, de los intérpretes, siendo los más jóvenes, Mauro Costa y André Cabral, el príncipe y su instructor, actores de todavía muy corta carrera profesional, mientras que los veteranos Joel Branco y, sobre todo, Margarida Via-Nova, aportan el poso del que aún carecen sus jóvenes colegas.

(10-11-2022)


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67'

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Fuego fatuo - by , Mar 31, 2023
2 / 5 stars
El pretendiente de nada