CINE EN SALAS
Sobre la figura del monstruo de Frankenstein hay un buen número de producciones que supone una de las mejores historias de terror de la literatura y del cine, que la convirtió imágenes por primera vez en el año 1910.
Ahora nos llega a las salas una de las últimas realizadas, por Guillermo del Toro, basada en la novela de Mary Shelley, editada en 1818, que se ha convertido en una de las películas más esperadas de esta temporada por saber qué ha hecho el oscarizado director mexicano con este tema de la sustitución de Dios por la ciencia a la hora de crear vida. La expectación está más que justificada, ya que esta es la versión más diferente que hemos visto hasta el presente del célebre mito, en el que se toma el tema de la esencia de la famosa novela y se le da una forma totalmente distinta en el desarrollo y en la forma en la que se presenta en imágenes.
El brillante científico, algo egocéntrico, Victor Frankenstein, da vida a una criatura, compuesta por fragmentos del cuerpo humano, en un experimento monstruoso que le lleva a la destrucción tanto del creador como de su creación. Tras el incendio del lugar en el que se hizo el experimento, y que se creía que el fuego lo había destruido todo, el monstruo de Frankenstein seguía con vida. El doctor está decidido a encontrarlo, ya que únicamente podrá retomar los descubrimientos que una vez inició el doctor Frankenstein, aun con riesgo de su propia vida.
El film está divido en dos partes, una primera en la que es el doctor Frankenstein quien cuenta la historia, y en la segunda es el monstruo quien la narra desde su punto de vista, siendo esta la menos creíble. La cinta termina con un epílogo de este cuento de hadas tan fantástico como oscuro que tiene emoción y pasión en su trama.
Es una emocionante y audaz adaptación de la gótica novela Frankenstein or The Modern Prometheus, original de Mary Shelley, con una buena ambientación de época y la creación de su universo que se ha conseguido en esta historia tanto en decorados como en vestuario, que dan a la narración una sensación de grandeza, con una estupenda fotografía de Dan Laustsen, que obtiene belleza y creatividad, como de la música de Alexandre Desplat que ambienta la trama, que presenta un claro debate sobre la creación, el rechazo y la identidad.
Guillermo del Toro convierte en realidad este viejo sueño y lo hace con una estupenda puesta en escena de este melodrama que da una notable sensación de grandeza para una de sus películas más creativas en la que saca buen partido de los dos actores, Oscar Isaac en el personaje de Victor Frankenstein, y de Jacob Elordi en el papel de la criatura, esta vez con una forma muy diferente a la que es habitual presentar su figura, para lo que fue preciso un complicado trabajo de maquillaje.
Premio Graffetta de Oro al mejor film en la Mostra de Cine de Venecia.
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