Pelicula:

La mítica figura del dragón, no descubrimos nada nuevo, es recurrente en la cultura popular del ser humano, desde el combate de San Jorge y el dragón hasta la importancia que tiene esa figura legendaria en, por ejemplo, las culturas orientales, y muy principalmente en la china. En cine, por supuesto, su presencia es frecuente, sobre todo porque el ser humano sigue fascinado por sus portentosas cualidades: y es que se trata de un gigantesco primo de los (estos sí verdaderos) saurios, con capacidad para volar, y con un aliento literalmente calcinante… Así no que es extraño que su figura haya sido principalísima en títulos como Dragonheart, Cómo entrenar a tu dragón (que ahora tiene “remake” en acción real), o El hobbit: la desolación de Smaug, entre otros muchos. Pero el audiovisual que, evidentemente, ha puesto en órbita (nunca mejor dicho…) la subyugante figura del dragón ha sido, qué duda cabe, la serie Juego de tronos, basada en las novelas de George R.R. Martin, una historia en la que los dragones ahijados por la llamada Khaleesi (también conocida como Madre de Dragones, La que no arde y la Rompedora de Cadenas, entre otros títulos) se convirtieron de inmediato en el mejor reclamo para aquel serial que, aunque terminó con un desenlace que no gustó a nadie (bueno, a lo mejor -no es seguro…- a sus guionistas…), fue sin duda el acontecimiento audiovisual de la década de los años diez de este siglo XXI.

Así que no es de extrañar que esta coproducción hispano-china (al cincuenta por ciento cada país), estando de por medio además la nación más populosa del mundo (bueno, a la par con la India, millón arriba, millón abajo…), se centrara en esa figura carismática, en esta Guardiana de dragones (Dragonkeeper en su título internacional), filmado con la técnica de animación digital o 3D.

La película, ambientada en la China milenaria, se inicia con un narrador que, en off, nos habla del tiempo en el que hombres y dragones vencieron a los nigromantes, pero, pasado el tiempo, un malvado emperador se dedicó a perseguir y enjaular a esos mitológicos animales,  hasta quedar solo uno vivo... Así las cosas, una niña, Ping, será la única esperanza de que la raza draconiana no se extinga, para lo que deberá encontrar el último huevo que cobija a una futura cría de la especie; la motivación de Ping para ello será salvar a su madre de una grave enfermedad que padece, dado que se atribuye a los dragones capacidades taumatúrgicas que podrían devolver la salud a su progenitora…

Sobre la novela Dragonkeeper, publicada en 2003 por la escritora anglo-australiana Carole Wilkinson, Salvador Simó y Li Jianping ponen en escena esta historia entre lo mitológico, lo histórico y lo mágico. Simó tiene ya una apreciable carrera como director, siempre dentro del terreno del dibujo animado, siendo su título más conocido Buñuel en el laberinto de las tortugas, que recrea la verídica historia del cineasta español cuando rodó su documental Tierra sin pan (Las Hurdes). Li Jianping, por su parte, tiene menos experiencia en el “cartoon”, aunque ha rodado un par de cosas. Ambos confeccionan aseadamente una animación un tanto artificial, con un dibujo digital poco matizado, aunque sí es cierto que el movimiento está bien conseguido; un dibujo digital entonces bastante básico, aunque ciertamente efectivo... En lo que respecta a los fondos, resulta evidente que están generados por ordenador, lejos de la tendencia actual de hacerlos parecer más o menos naturales, y sobre todo, que no parezcan digitales.

En cuanto a la historia propiamente dicha, la verdad es que nos ha parecido bastante simple, muy infantil e ingenua, premeditadamente dirigida a los niños más pequeños, sin intentar (a la manera de, por ejemplo, Pixar) atraer también a chicos más mayores, y no digamos a adultos, a los que tanto (nos) gustan las pelis de la Casa del Flexo (y de otras productoras igualmente interesantes, como la recurrente Studio Ghibli). Es evidente que la peli busca seguir la estela de la fama adquirida por los dragones de la mentada serie Juego de tronos, en una cinta en la que quizá lo mejor sea (y esto es muy disneyano…) los villanos, así, en plural, pues hay varios, todos ellos despóticos, tiránicos, a cuál más malo, menos empático, incluso refinadamente cruel, por no decir sádico; esos personajes villanos están bien perfilados, en especial el del hechicero que ansiaba la inmortalidad, de modales suaves pero con mucha mala leche y carente absolutamente de escrúpulos ni piedad (lo dicho, tela de disneyano…).

Con buen criterio, y dada la filiación del film, Simó y Jianping presentan a su dragón con formas longilíneas, a la conocida manera en la que los representa la cultura china, lejos de la morfología occidental, que podríamos ejemplificar en (precisamente…) Juego de tronos; y es que, aunque busque beneficiarse del prestigio de las míticas criaturas tan populares en esa serie, parece lógico que Dragonkeeper busque su propia personalidad, y ese dragón que podríamos llamar “chinoforme” es más apropiado al estilo de esta historia que las draconianas bestias más bien nórdicas, casi escandinavas, del serial generado a partir de la obra de George R.R. Martin.

Un par de apuntes finales, a modo de curiosidades: uno de los hallazgos del film es presentar soldados que recuerdan poderosamente a los populares guerreros de terracota del mausoleo de Qin Shi Huang; el otro, más en clave de anécdota, es la peculiaridad de uno de los personajes del film, cuya apariencia es, enteramente, la de Santiago Segura, con su característica calva y abundante melena… La banda sonora, de Arturo Cardelús, busca con buen criterio un acompañamiento musical que recuerde los acordes y los ritmos chinos.

(06-06-2025)


Género

Nacionalidad

Duración

98'

Año de producción

Trailer

Guardiana de dragones (Dragonkeeper) - by , Jun 07, 2025
2 / 5 stars
En la estela de "Juego de tronos"