Pelicula:

En 1972 Brian de Palma llega a un acuerdo con Edward Pressman, de la Pressman-Williams Enterprise, productora para la que rodará Hermanas, el suspense que venía acariciando desde tiempo atrás. Sobre un argumento propio, aunque inspirado en algunas situaciones de Psicosis, La ventana indiscreta y La soga, Brian escribe el guion con Louisa Rose, que colaboraría años más tarde también en el libreto de El fantasma del Paraíso.

La acción se desarrolla en Nueva York, a principios de los años setenta, época del rodaje del film. Danielle Breton es una actriz en ciernes. Participa como gancho en un programa concurso televisivo titulado “Peeping Tom”, donde conoce a Philip Woode, un ejecutivo publicitario de raza negra. Ambos cenan juntos y él la lleva a su casa. El exmarido de ella, Emil Breton, los sigue, pues quiere apartar a la chica del hombre. Tras despistarlo, ambos hacen el amor y, a la mañana siguiente, Danielle parece hablar con su hermana gemela Dominique, que le hace reproches sobre Breton. Philip sale para comprar a Danielle un frasco de píldoras que esta necesita, y le lleva de paso una tarta por su cumpleaños, que se celebra ese día; al volver le espera una fatídica sorpresa...

Hermanas supone un evidente homenaje a Psicosis y, en menor medida, a La ventana indiscreta. La doble personalidad de la primera es fundamental en esta cinta, pero aquí aparece con caracteres propios muy sugerentes. La dualidad Danielle/Dominique está plasmada en detalles inquietantes. Así, cuando Danielle se despierta por la mañana, tras haber pasado la noche con su amante negro, sostiene una discusión “en off” (en francés, lengua materna de las hermanas, de nacionalidad canadiense quebequés) en la que, por un momento, cuando Danielle abre la puerta, se vislumbra una doble silueta en sombras. Los vestidos duplicados de Danielle también apoyan esta sugerente pista.

De La ventana indiscreta toma De Palma la secuencia del detective investigando en la casa de Danielle, observado por una periodista, Grace Collier, como en la película de Hitchcock hacía Grace Kelly contemplada por James Stewart. Aquí Brian pareció seguir al pie de la letra al maestro, y, consecuente e inevitablemente, la escena resulta floja, sin personalidad propia.

De la también hitchcockiana La soga De Palma extrae una broma monumental: embutido en el sofá cama, con una evidente mancha de sangre que aflora en la blanca superficie del mueble, el cadáver de Philip no es ni imaginado por los policías, burocráticos y rutinarios, como en la ingeniosa película de Hitchcock.

A partir de estas influencias, Hermanas confirmó la idea de que el cineasta de New Jersey está dotado de un notable sentido visual. Así, en los títulos de créditos, De Palma empieza a entrar en materia con varios planos, desde distintos ángulos, de fetos humanos, a veces en forma tan extraña que resultan casi irreconocibles. El último de la serie nos muestra dos fetos unidos: sabremos desde entonces cuál es la cualidad fundamental de las hermanas del título. Pero quizá la escena determinante que revele la considerable capacidad visual de Brian sea la de la terapia catártica realizada por Emil Breton sobre los personajes de Danielle y Grace. Por un lado, la hipnosis de esta última la realiza De Palma con un plano objetivo de los ojos de Grace, seguido de uno subjetivo de Breton, rodado en gran angular, casi un ojo de pez, que le confiere al rostro del médico un aspecto fantasmagórico, irreal, como correspondería a la visión de una persona que está siendo hipnotizada. Más tarde, la periodista Grace soñará que es Dominique, y De Palma filma ese sueño en un blanco y negro brillante, hiperrealista, marcando mucho los contrastes.

A pesar de lo indicado, nos parece que en Hermanas hay un exceso de  diálogo. Todavía hay mucha verborrea más bien gratuita, incluso en la mencionada escena de la terapia catártica. Pero lo relatado es suficiente para hacernos una idea de la evidente capacidad de Brian de Palma para ofrecer imágenes de interés, capacidad que, intermitentemente, seguirá cultivando a lo largo de su carrera.

Anotemos también en el activo del film la excelente utilización del “split-screen”, la pantalla dividida o partida, usada con habilidad desde la llamada de auxilio en la ventana de Philip hasta la llegada de Emil Breton a la casa de Danielle, y después en la típica secuencia de suspense de los policías acercándose al lugar del crimen, mientras Breton oculta las pruebas del asesinato.

Margot Kidder, la protagonista, hace toda una creación de su doble personaje, Jekyll y Hyde a sexo cambiado, un doble rol con evidentes reminiscencias psicopatológicas, en un intrigante juego que da mucho de sí; Kidder gozaría en esa misma década de gran popularidad al interpretar a Lois Lane, la novia de Supermán, en la franquicia sobre el superhéroe de DC Comics iniciada por Richard Donner y continuada por Richard Lester. Del resto del reparto nos quedamos con el siempre inquietante William Finley, uno de los actores fetiche de Brian en aquellos primeros años de su carrera, poco antes de convertirse en protagonista de una de las películas fundamentales de De Palma, El fantasma del Paraíso. La música de Bernard Herrmann, el inolvidable compositor de varias de las obras maestras de Hitchcock (Vértigo y Psicosis, entre otras), no brilló aquí sin embargo a la misma altura de sus más famosos “scores”.

Hermanas no es una gran película, pero sí una buena película que, sobreponiéndose a sus evidentes fallos estructurales, nos ofrece secuencias delirantes, atractivos momentos visuales y, sobre todo, un inquietante ramalazo de locura imprevisible. En Psicosis se llamó Norman Bates; en Hermanas, Danielle/Dominique Breton.

(11-04-2020)


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93'

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Hermanas (1972) - by , Apr 11, 2020
3 / 5 stars
Una tal Norman Bates