Esta película se pudo ver en la Sección Oficial a Concurso del Sevilla Festival de Cine Europeo 2004.
Lo cierto es que no se entiende que esta película de nacionalidad rusa, Koktebel, haya necesitado hasta dos directores, Aleksei Popogrebskiy y Boris Khlebnikov, para contar una aburrida historia con viaje iniciático, el de un ingeniero viudo y desempleado que emigra de Moscú a Crimea con su hijo de once años, debiendo afrontar graves penalidades en el camino, que habrán de realizar sin apenas dinero, para intentar llegar a su destino. Toparán, como era de prever, con gente amable y con otra no tanto, en un nación, la Rusia post Yeltsin, hundida en la miseria tanto en las grandes urbes como en los páramos helados.
Pero todo está contado con una morosidad exasperante, como si los directores no hubieran ido a clase el día en el que en la escuela de cine explicaron la elipsis; se dice del mal cine “de qualité” que se puede ver como crece la hierba: aquí no es el caso porque no hay hierba sino gélida tundra; eso sí, se puede contemplar al niño protagonista comiéndose un plato de espaguetis enterito, sin ahorrarnos ni un sólo fideo...
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