Esta película se pudo ver en la Sección Oficial a Concurso del Sevilla Festival de Cine Europeo de 2005.
Les invisibles resulta ser una castaña pilonga que supuestamente combina los universos del cine y la música, aunque cualquier parecido con ambas cuestiones resulta ser mera coincidencia. El neófito director Thierry Jousse nos cuenta algo así como una versión libérrima del mito de Orfeo y Eurídice, ambientada en el París actual, con un músico (es un decir...) que se obsesiona con la voz y el cuerpo de una chica que acude a una –en un sentido estrictamente literal-- cita a ciegas, a oscuras, hasta que, tras varios encuentros, la mujer desaparece.
Entonces nuestro Orfeo de pacotilla buscará a su Eurídice, incluyendo en esa indagación un “ex curso” con un portero sabelotodo y un petimetre en plan “deus ex machina”, que suena a David Lynch mal digerido: ¡ay, ese Twin Peaks, ese Mulholland Drive, los daños que han hecho en las meninges mal formadas de algunos supuestos cineastas!
Para más inri, el director (de entonces aún corta carrera, aunque después tampoco se alargó mucho que digamos…) se permite hasta un metafórico descenso al Hades, concretado en la entrada a un club privado de intercambio de parejas, que parece concebido por los guionistas (entre ellos el propio director) tras una visión de Eyes wide shut puestos de güisqui hasta las cejas…
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