Pelicula: Esta película se pudo ver en la Sección Las Nuevas Olas del Sevilla Festival de Cine de 2013 (SEFF’13).

Alberto Morais ya nos conmocionó (por decir algo…) hace un par de años con Las olas, indescriptible rollo macabeo con viejito recién enviudado que da en hacer un viaje a la Francia en la que estuvo recluido en un campo de refugiados al final de la Guerra Civil Española. Aquel petardo incomestible tuvo, sin embargo, cierta repercusión, e incluso ganó algún premio que otro (y es que el rey desnudo y sus cortesanos aduladores siguen dando juego…); ahora ataca de nuevo con otra historia itinerante, aunque esta vez de menos vuelos, al menos en distancia geográfica; si en Las olas hablábamos de cientos de kilómetros, desde Valencia hasta el sur de Francia, ahora será un trayecto dentro de la propia ciudad de Valencia el que han de recorrer dos adolescentes, chico y chica, y un niño, para llevar una chaqueta militar a la tumba de un amigo del abuelo de uno de los dos muchachos, dado que el viejo, al parecer con Alzheimer, está encerrado con llave para que no salga a la calle en calzoncillos.

Ese trayecto de un día y medio, con su noche, será lo más parecido a una aventura iniciática para estos tres pipiolos; ésa parece, al menos, la intención del director. Otra cosa será la realidad, que me temo está bastante lejos de ser un viaje de iniciación, de maduración, porque estos tres (en el fondo) niños no parecen haber crecido en nada; desde luego no en pensamiento.

Con una reiteración de planos exasperante (el día que hablaron de la concisión narrativa se ve que Morais no debió ir a su escuela de cine…), la película es afortunadamente muy corta, por debajo del metraje estándar, lo que sin duda se agradece. Aún así, resulta cansina, antigua, vulgar en su planteamiento, carente de sentido de la elisión… Una joya, vamos. En todo caso nos quedamos con una cierta crítica que el director y su coguionista hacen sobre el desentendimiento que buena parte de las familias actuales prestan a sus hijos, como si estos fueran ya adultos que tuvieran una vida autónoma: esa madre preguntándole al adolescente, ¿dónde has estado?, tras toda una noche fuera, a lo que el niño le responde, por ahí, tras lo cual la progenitora sigue leyendo la revista como si tal cosa…

No es mucho, pero al menos algo hemos avanzado sobre su anterior (y tan horrible) filme. Eso sí, los niños podrían ganar sin problemas el Goya al Actor o Actriz Con Menos Movimiento  Facial; ay, perdón, se me olvidaba que los niños no pueden optar a los Goya, tras impedírselo desde hace un par de años el macho de González Macho… 

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78'

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Los chicos del puerto - by , Nov 10, 2013
1 / 5 stars
No hagan olas...