Los 4 Fantásticos

Continúa Hollywood llevando a la pantalla con fruición a los superhéroes de Marvel; ahora le ha tocado el turno a Los Cuatro Fantásticos; bien es cierto que, progresivamente, las adaptaciones al cine de los valientes marvelianos están perdiendo gas (no hablo de taquilla, sino de resultados artísticos): Elektra, Spider-Man 2 y X-Men 2, por sólo citar algunos de los últimos títulos de la factoría, son claramente inferiores a títulos anteriores como Spider-Man o Hulk.

Este Los 4 Fantásticos tiene el mismo problema que la citada Elektra: no hay historia digna de tal nombre, porque no lo es la majadería de los cuatro científicos cuyo ADN muta por un accidente espacial (motivado por... ¡un error matemático! Vaya científicos...) y su lucha contra el tópico Mad Doctor habitual de estas fantasías, aquí convertido en un Mad & Steel Doctor, o, lo que es lo mismo, un Doctor Loco y de Acero.

Es cierto que los efectos especiales son excelentes, pero eso ya no llama la atención, porque es lo habitual. Los personajes son penosos, con el protagonista agobiado por su antigua novia (muy apropiadamente la Mujer Invisible), el Antorcha que tiene menos seso que un mosquito, y La Cosa, que parece un acantilado andante, se siente diferente y despreciado... en fin, lo de siempre, el rollo de la belleza interior, etcétera, aunque en este caso resulte tamizado porque la chica que se enamora de él, resulta que es... ciega.

Tim Story es un cineasta joven, no con muchas ideas pero ya curtido en el cine de acción: eso era lo que se le pedía, y lo ha cumplido. La nueva franquicia de Marvel parece estar dando bastante dinero, y se supone que eso la redime de sus carencias. Pero, desde luego, no pasará a ninguna Historia del Cine.