Madregilda

Aunque pretendiéramos contar esta película no nos sería fácil, ya que a poco que sigamos la filmografía de Paco Regueiro, con frecuencia nos encontramos con extrañas historias que no tienen una continuidad lógica y en las que se ha instalado el surrealismo.

Esta cinta no iba a ser menos, y así se mezclan las historias de Manuel y su amigo Nazario, que ve en Rita Hayworth la reencarnación de su madre, a la que cree muerta, en la película Gilda, y con la que habla desde la sala a oscuras del cine. Pero no se queda ahí, porque es también la historia de su padre, que juega partidas de mus a escondidas con el Caudillo los primeros viernes de cada mes, de noche, en una taberna. Las historias se entrelazan, a veces con alguna ilación, otras sin apenas relación, simplemente con el entrecruzarse de los personajes, que en determinados momentos caen en el surrealismo más absurdo.

Está bien captada la ambientación de la época, y bien reflejados algunos personajes, como es el caso de Franco por Juan Echanove, que consiguió la Concha de Plata a la mejor interpretación masculina en el Festival de Cine de San Sebastián. Pero nos quedamos mejor con la interpretación de José Sacristán o la serena presencia de Fernando Rey en un corto papel como padre del Caudillo. La cinta no llega al desmadre de otras de Regueiro, tiene gracia a veces y aciertos en otras.