Esta historia comienza con el director de orquesta Denis Dumar recibiendo el premio Victoria de la Música Clásica, debido a su larga carrera internacional y tras el discurso de agradecimiento y las dedicatorias todos le felicitan. A continuación François Dumar, veterano director de orquesta y padre del anterior, durante el ensayo de su próximo concierto recibe una llamada telefónica para ofrecerle la dirección del teatro de la Scala, de Milán.
La trama de esta producción consiste en la relación que mantienen padre e hijo, ambos con pasión por la música, con la misma profesión, directores de orquesta, que por cierto no es muy buena entre ambos, ya que tal vez haya algún motivo para ello, pero también en cierta manera trata sobre la familia en cuanto a la relación que mantienen el resto de los personajes y las diferencias que hay entre ellos.
El problema se agrava cuando Denis recibe una llamada de la Scala de Milán en la que le piden que acuda al despacho y allí le aclaran que la secretaria se confundió y en lugar de llamarlo a él llamó a su padre, por lo que le piden que hable con él y deshaga el equívoco, cuando ya su padre se había ilusionado con la oferta y hecho planes, pero tiene miedo de herir sus sentimientos al frustrar su ilusión. El resto del argumento consiste en la relación que llevan a cabo otros personajes que no son el padre y el hijo, que también tiene su interés y que rellenan el resto de esta bonita e interesante historia que se sale de lo corriente, con un final muy emotivo.
El guion está escrito por Clément Peny, Yaël Langmann y el director Bruno Chiche. Fuente de inspiración para ello fue la película del director y guionista israelí Joseph Cedar Pie de página (Footnote) (2011), en cuanto a la relación paterno-filial, pero en nada coincide ni en la profesión de los protagonistas, ni en el tono humorístico.
La dirección corre a cargo del reputado cineasta francés Bruno Chiche, que hace con éste su quinto largometraje, que aunque tiene algunos fallos en cuanto a la actuación de la profesión de los dos protagonistas, sin embargo lleva bien este interesante relato en el que modifica y mejora el original dándoles un nuevo enfoque de comedia, usando la música como elemento unificador.
Lo tuvo fácil al dejar actuar a su aire a esos dos grandes actores cuya interpretación es bastante correcta, tanto en Yvan Attal, que encarna al hijo, como el veterano Pierre Arditi en el personaje del padre, mientras que se recupera a la entrañable actriz Miou-Miou en el papel de Hélène, la madre, una mujer muy enamorada de su esposo, a la que hacía tiempo que no veíamos en una pantalla.
La banda sonora corresponde a la compositora uruguaya Florencia di Concilio, que pasa un poco desapercibida frente a los fragmentos de temas de música clásica de obras muy conocidas de Beethoven, Dvorák, Schubert, Brahms, Rachmaninoff, entre otros, que se insertan a lo largo del relato.
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