El cine policiaco tuvo su predicamento en la cinematografía norteamericana entre las décadas de los 70 y los 90, pero últimamente había evolucionado a la pura acción sin un tema de fondo que la sustente, por eso nos ha llamado la atención la presencia de esta película que nos recuerda a las de esa época.
Este interesante thriller a contrarreloj cuenta la historia de un policía que hará todo cuanto sea posible por capturar a dos asesinos y así resolver el caso más complejo con el que se ha enfrentado a lo largo de toda su carrera. Su plan consiste en aislar por completo Manhattan, cerrando los 21 puentes a los que alude su título original, cortar la navegación por los tres ríos, así como los cuatro túneles, paralizar las líneas de autobuses, trenes y metros, quedando así blindada durante 24 horas para acorralar a los dos criminales para que no consigan escapar.
André Davis es un policía de color de Nueva York que ve la oportunidad de redimir su pasado cuando ocho oficiales de policía fueron asesinados durante un robo entre los cuales se encontraba su padre, que no tiene inconveniente en apretar el gatillo cuando es necesario, por lo que el Departamento de Asuntos internos le sigue la pista. La historia comienza justamente con André de niño, llorando durante el funeral y posterior entierro de su padre; 19 años después, tras ingresar en la Policía, se ha convertido en un tipo recio, guiado por un código ético impecable, que se enfrenta a este caso con persecuciones implacables repletas de acción y violencia.
Dos individuos, Raymond Jackson y Michael Trujillo, son amigos y con unas cualidades especiales que adquirieron sirviendo en el ejército, entrenados por los Navy Seals, que van a robar 30 kilos de droga pura al restaurante Mosto's, pero casualmente llega un grupo de policías, se establece un tiroteo y caen muertos siete de ellos y el dueño del local.
Con la ayuda de su compañera Frankie Burns, una agente de la división antinarcóticos, madre soltera con una hija, que no se conocen por lo que tendrán que confiar el uno en el otro, cuando se inicia una brutal persecución con el fin de encontrar a los culpables, por primera vez en la historia de Manhattan, la ciudad quedará blindada y en las próximas 24 horas nadie podrá salir ni entrar en la isla. Ese bloqueo tiene un tiempo de caducidad y esa hora es las seis de la mañana, cuando la ciudad despierta y todo el mundo se pone en marcha para ir a trabajar, por lo que tienen que actuar contrarreloj si quieren cumplir con el objetivo propuesto. Pero André además no cuenta con descubrir una conspiración que puede dificultar su trabajo, porque a veces los negros son los buenos y los blancos los malos.
Es un thriller protagonizado por uno de los actores del momento, Chadwick Boseman, dirigido por el cineasta irlandés Brian Kirk, que tiene una gran experiencia en la pequeña pantalla en la que ha dirigido más de una veintena de series televisivas con una prolífica carrera, que dio el salto al cine con Middletown (2006) y hace con éste su segundo título hasta ahora, que realiza de manera más que correcta, con escenas bien resueltas y con un buen sentido del ritmo.
Como cosa curiosa toda la trama del film transcurre de noche, pero a pesar de ello la fotografía es estupenda, ya que en ningún momento hay un tramo en el que no se vea bien la acción o resulte defectuosa su visión.
Sobreimpresionada en las imágenes va apareciendo periódicamente la hora en que transcurre la escena como una forma más de agobiar con el suspense de saber que se termina el plazo.
La interpretación de la pareja protagonista compuesta por Chadwick Boseman y Sienna Miller es correcta, con el apoyo del eficaz veterano J.K. Simmons en un ambiguo personaje.
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