El productor de películas como “300” o “Como locos a por el oro”, debuta en la dirección con un argumento convertido en guión por su esposa Melisa Wallack que le ayuda también en la realización de la puesta en escena.
Bill, el nombre del protagonista que da lugar también al título original del film, es un hombre apocado, descontento con su trabajo que se lo ha proporcionado su suegro, que odia a su familia política y está enamorado de su esposa hasta que la pesca en flagrante adulterio con el presentador de un programa de televisión. Tan sólo pondrá en orden su vida cuando se hace tutor de un alumno de 15 años que le ayuda en el empeño.
Es una comedia de baja intensidad, con algunos apuntes dramáticos, políticamente correcta, con un guión bastante soso y mal construido, protagonizado por un hombre falto de confianza en sí mismo, que no acaba de asumir su madurez.
En la realización, bastante plana, se nota la inexperiencia de su novato director, incapaz de coger el ritmo, ni dominar esta historia de las desventuras de un perdedor, llevada a cabo de forma mecánica y sin garra, por más esfuerzos que haga su protagonista Aaron Eckhart y le presten adecuada réplica las dos actrices Jessica Alba y Elizabeth Banks.
Estamos ante una cinta sobre la crisis de la madurez de aquellos adultos que son incapaces de enderezar sus vidas encontrando el camino para ello. El cine americano también hace endebles comedias como ésta, con un mal debut de la pareja de realizadores, que ni siquiera en su país tuvo buena acogida, como tampoco la ha tenido en España.
Mi vida es una ruina -
by Francisco Casado López,
May 15, 2009
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5 stars
De productor a director
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