Fernando Colomo, inventor y, sin duda, santo y seña de la llamada Comedia Madrileña, que fue uno de los fenómenos culturales de la Transición Española, autor de títulos recordables como Tigres de papel (1977) y ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? (1979), a partir de mediados de los años ochenta empieza a perder el norte y, aunque consigue algunos éxitos aislados, como la divertida La vida alegre (1987), en general su cine se puede decir que cayó en picado a partir de esos años.
Inmediatamente antes de grabar para Televisión Española la serie Las chicas de hoy en día, Colomo rueda para la pantalla grande esta desafortunada comedia de ambiente exótico, aprovechando en parte algunos decorados de la costeada y costosa El Dorado, de Carlos Saura, rodada ese mismo año. Las localizaciones se hicieron, además de en España, en varios parajes de América, situados en México y Miami.
Una chica de provincias con noviete gordezuelo (lo que en estos tiempos cínicos del siglo XXI se ha dado en llamar “pagafantas”) hereda de su padre (con el que tenía escasa relación) un galeón en Hispanoamérica. El navío, sin embargo, resulta ser nada menos que un prostíbulo flotante, y pronto la joven, que es tirando a gazmoña, encontrará un ambiente muy distinto al que hasta entonces conocía; la heredara piensa entonces dedicar la nave a otros menesteres menos lujuriosos y más educativos, con la previsible resistencia del personal del burdel...
Pero las piezas del puzle no terminan de encajar, las situaciones son forzadas y la sonrisa del espectador no aparece con la frecuencia deseable, a pesar del buen reparto, en el que destaca una Ana Belén que en aquellos tiempos era la más importante actriz española, y un Juan Echanove que estaba también muy en boga.
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