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El cine independiente norteamericano, el popular “indie”, se nutre (como hace también el cine comercial, incluso el “blockbuster”: ahí está el caso, por ejemplo, de J.A. Bayona y su Jurassic World: El reino caído) de talentos foráneos, que incorpora a su cinematografía y que refrescan las temáticas, las miradas, las formas del cine yanqui de bajo presupuesto y por ello mucha mayor libertad que el industrial. Es el caso: Ana Asensio es una actriz española, madrileña, en torno a los cuarenta, que viene llevando a cabo su carrera como intérprete a ambos lados del Charco, aunque desde hace años está afincada en Estados Unidos, en concreto en Nueva York, donde ha conseguido poner en pie su primer proyecto como directora. Como actriz, ciertamente, hasta ahora no había conseguido mayor relevancia, teniendo que conformarse con intervenir en series B, cuando no Z, o en multitud de cortos de corto (valga el cuasi pleonasmo) recorrido.

Con Most beautiful island, Ana Asensio debuta en la realización cinematográfica (además de incorporar el papel principal, que se adivina cuajado de toques autobiográficos...), y ciertamente muestra buena mano para la puesta en escena y para crear ambientes, atmósferas sórdidas, inquietantes.

Lucía es una española en Nueva York, sin papeles, con trabajos efímeros y precarios, y consecuentemente con permanentes dificultades económicas. Cuando una amiga le propone intervenir con ella en un trabajo fácil y bien remunerado, no se lo piensa dos veces. Claro que, como se dice en su país, España, “nadie da duros por cuatro pesetas”...

Most beautiful island tiene dos partes bien diferenciadas. La primera sería casi una historia documental, en la que vemos los problemas de la protagonista para ganarse la vida, con trabajos tales como disfrazarse de mamarracho para publicitar productos o hacer de canguro para niños insoportables. Hay, como queda dicho, una cierta sensación de velada autobiografía, como si Ana Asensio desgranara aquí algunos de los trabajos que tuvo que hacer cuando llegó a Nueva York para sobrevivir. La segunda parte, a partir de que la protagonista acepta hacer ese trabajo “fácil y bien remunerado”, pasa a ser un intrigante thriller, con una atmósfera sórdida, ahíta de una sensación de peligro difuso, inconcreto, que es lo mejor del film: la sensación de que algo muy riesgoso acecha a la protagonista y sus compañeras, en lo que parece un juego diletante para ricos en las que ellas son la carne de cañón. Recuerda, aunque en otro tono y por supuesto muchos menos medios, la inmersión del personaje interpretado por Tom Cruise, en la kubrickiana Eyes Wide Shut, en el exclusivo club privado donde todo es posible.

Lástima que la resolución de esta segunda parte, la más valiosa del film, se quede un poco en nada, recordando la famosa fábula de Esopo, El parto de los montes, aquel que, tras gran movida y tremendo susto, parió un ratoncillo. Pero la sensación de desasosiego que consigue Asensio en toda la exposición del inicuo, ignominioso juego al que habrá de prestarse su personaje es genuino y muy estimulante, presentando con ello su mejor tarjeta de presentación para futuros y más ambiciosos empeños; también la parte inicial, la que habla de la precaria vida de los “sin papeles” en la Gran Manzana, es interesante, aunque quizá un punto por debajo de la trama del juego abyecto.

Ana Asensio se muestra como una actriz interesante, fundiéndose con su personaje (en el que, como queda dicho, se adivinan retazos autobiográficos), en una historia curiosa y peculiar que llamó la atención dentro del mundo “indie” yanqui, con premios en diferentes certámenes, como el SXSW, el prestigioso festival de la texana Austin.


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80'

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Most beautiful island - by , Mar 22, 2019
3 / 5 stars
Inquietante atmósfera