Pelicula:

Un joven, Patrick, entra en coma tras el desconcertante asesinato cometido por él mismo en las personas de su madre y su amante. Una enfermera separada de su marido solicita empleo en la clínica donde es atendido el muchacho, tras tres largos años de sostener su vida con medios artificiales...

Esta cinta sorprendió agradablemente en su momento, hasta el punto de que obtuvo los premios más importantes de los festivales especializados en cine fantástico y de terror de Sitges y Avoriaz, lo que le valió para ser distribuida en salas de cine de todo el mundo, cuando en aquella época era muy raro ver cine australiano fuera de las fronteras del país de los canguros. Y eso que su director, Richard Franklin, era un ilustre desconocido en Europa y Estados Unidos. Apoyado en una historia un tanto irregular de Everett de Roche, Franklin nos narra la película en una deliberada clave de suspense que ronda con frecuencia la invitación al terror. La posibilidad de que estos muertos vivientes que existen en la realidad, esos cuerpos puramente vegetativos que permanecen en coma durante tiempo indefinido, puedan desarrollar un sexto sentido, de magnitud impensada, es un hallazgo temático que Franklin supo dosificar convenientemente para mantener en vilo al espectador el máximo tiempo posible. Este mismo tema se rozaba en la película de Michael Crichton, Coma (1978).  

Richard Franklin supo aprovechar adecuadamente las posibilidades que esa idea apreciablemente original le ofrecía. El clímax del suspense esta hábilmente distribuido a lo largo de la cinta, dosificado en un suave crescendo, con ayuda de la obsesionante música de Brian May, en la mejor tradición del género de terror, y con las inquietantes escenas que propicia el estado intermedio entre la vida y la muerte de ese ser llamado Patrick.

Curiosamente, Franklin nunca más brilló a esta altura, y su carrera posterior fue bastante mediocre. Incluso se atrevió (porque no puede calificarse más que como osadía) a hacer, obviamente por encargo, una continuación de la mítica y magistral Psicosis hitchcockiana en Psicosis II: El regreso de Norman (1983), con los mismísimos Anthony Perkins y Vera Miles al frente del reparto.

El final de la película que comentamos deja la puerta abierta a la conjetura por parte del espectador, posibilitando incluso una segunda parte en la que Patrick podría volver a ponerlo en solfa todo. Es cierto que, aunque la idea resulta original, el guión no es todo lo redondo que hubiera sido de desear, dejando algunas lagunas que distraen en cierto modo al espectador, y que no podemos achacar al director, que se muestra cono un inteligente cineasta. La fotografía es correcta, la música, como decíamos, es uno de los factores más positivos con los que cuenta Patrick, y en cuanto a la interpretación, junto a un positivo trabajo de la protagonista Susan Penhaligon, destaca la presencia muda pero sumamente inquietante del joven que da vida (valga la expresión...) a Patrick, Robert Thompson.

(27-10-2022)


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112'

Año de producción

Patrick - by , Oct 27, 2022
3 / 5 stars
Muerto en vida