Realmente, hacer una versión "en carne y hueso" del inolvidable clásico Disney Peter Pan, a su vez basado en la obra teatral de James M. Barrie, era arriesgado. Se corría el peligro de que el resultado desmereciera del recuerdo del dibujo animado, una de las películas más frescas y agradables del viejo Walt, lo cual es decir mucho, sin duda. El australiano P.J. Hogan ha optado por un camino algo distinto: respetando todas las características del relato original y del conocido a través del filme disneyano, sin embargo ha puesto el acento, más que en el miedo a crecer de Pan (que también aparece, por supuesto), en el miedo a amar que comporta crecer. Es decir, Peter no es que no quiera crecer para no asumir las responsabilidades globales de los adultos, sino, sobre todo, las que suponen tener que comprometerse con otra persona, amarla y entregar a esa vida en común, inevitable pero voluntariamente, parte de la libertad eterna de la infancia, del celibato iniciático y sin mácula del niño.113'