Planeta rojo

Cuando la comandante de la nave espacial se aproxima a Marte, dice que va a "aparcar entre Fobos y Deimos", refiriéndose a las dos lunas del planeta. Algo así ocurre con esta película, que no sabe si atenerse a Pinto o a Valdemoro, a tirios o a troyanos, a Curro Romero o a Rafael de Paula... Planteada como una historia de aventuras en clave de ficción científica, con una nave terrestre que en el año 2020 acude al cuarto planeta del Sistema Solar para averiguar el súbito descenso de los niveles de oxígeno allí creados por control remoto por la Tierra (tema que ya aparecía, por cierto, en el fascinante Proyecto Génesis de Star Trek II), sin embargo presenta constantes "ex cursos" al tema religioso, pareciendo contraponer los conceptos de Ciencia y Dios.

Nada que oponer, en principio: la ciencia ficción moderna ha tratado, y muy en serio, ambos temas: no hay más que recordar 2001, una odisea del espacio o Blade Runner. Pero el problema de Planeta rojo es que las alusiones a la dicotomía Dios/Ciencia están metidas con calzador, como si el guionista quisiera con ello trascender un relato que no es sino un mero pasatiempo, una historia de supervivencia en un medio hostil, con sus correspondientes buenos y malo (aquí una tópica bestia mecánica creada por el hombre, que se rebela contra su creador, como ya enseñaron los ilustres precedentes citados), sus escenas de suspense sobre inminentes muertes que finalmente no llegan y su capitán heroico, que en este caso tiene tetas, y cuyo interés por el astronauta náufrago no es meramente filantrópico, sino también erótico...

Las escenas de acción mantienen relativamente el interés, con un buen uso de los efectos especiales e infográficos; sin embargo, la impresión de que nos quieren dar gato por liebre (la supuesta trascendencia teosófica e incluso teológica, cuando no es más que un cómic muy costeado) hace desmerecer lo que de otra forma sería un entretenimiento agradable, con la muy noble función de ayudar a digerir un paquete de palomitas y el preceptivo refresco.