Hallamos en esta película otra faceta del cine coreano, que no es la del policiaco violento, sino que aquí nos ofrece la otra cara de la moneda. El film es pura poesía, como indica su título, en el que se nos cuenta la historia de Mija Yang, una abuela viuda, con ingresos escasos, que vive en un pequeño pueblo dormitorio cerca del río Han, que cuida a un anciano para tener algún dinero más, que se ha hecho cargo de su nieto adolescente que, junto con otros compañeros del instituto, han violado a una compañera de clase que terminó suicidándose. Los padres de estos alumnos han decidido darle una indemnización a la pobre madre, pero Mija no tiene recursos y además el médico le ha diagnosticado un principio de Alzheimer.
Para la quinta cinta de su filmografía, Lee Changdong ha escrito una historia plena de sensibilidad, que recibió la recompensa de ser galardonada en el Festival de Cine de Cannes 2010 con el premio al mejor guión.
Mija descubre un día que en este mundo no hay sólo violencia, sino que también existe la belleza, que ha encontrado en la poesía y se apunta a un curso para aprender a escribir poemas y así encuentra la belleza en las cosas que le rodean.
En su alma sencilla cabe que una sonrisa puede cambiar los males del mundo, ayudar a hallar la felicidad y a ver las cosas de otra manera, y que de la miseria también puede salir algo hermoso. Pero cuando descubre una realidad mucho más dura, se da cuenta que la vida no es tan maravillosa como pensaba.
Hay amnesias que preocupan más que las motivadas por la enfermedad, como aquellas malas acciones que no queremos ver o a las que no se hace justicia.
Mediante pequeños gestos la película va componiendo el padecimiento de esta mujer a punto de perder la memoria y sus recuerdos, que necesita reinventarse de nuevo mediante un lenguaje distinto que es para ella la poesía.
Un film bien realizado, con una suave puesta en escena, lleno de poesía, un pelín largo porque abusa de los encuentros poéticos a los que asiste la protagonista. Se le podía haber recortado unos minutos o usar más la elipsis.
Cuenta con un notable trabajo de Yu Junghee, una de las grandes damas del cine de Corea del Sur, que le da bondad y serenidad al personaje, siempre con una sonrisa en la boca y hablando con extraordinaria dulzura, que hace más agradable y llevadero este drama de su sufrimiento.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.