Tenía razón el maestro Billy Wilder cuando decía a Sydney Pollack: "¿cómo te sentirás cuando alguien haga una nueva versión de Tal como éramos?". Y, siguiendo la reflexión del viejo zorro austriaco, ¿cómo se sentirá el espectador? Probablemente como al ver este "remake" de Sabrina, con la descorazonadora impresión de que el "deja vu" que imprime en el corazón no deja hueco para la visión libre y desprejuiciada del nuevo producto.
Algo de esto hay en el filme de Pollack. Por más que Ormond (por lo demás una actriz exquisita) haya renunciado a hacer de Audrey Hepburn, la sombra del carisma de aquella larguirucha desnutrida se enseñorea de esta nueva versión, como si fuera uno de esos pegamentos milagrosos de los que no es posible desprenderse. Pero ello no quiere decir que Sabrina (y sus amores) esté exenta de interés: sus diálogos son deliciosos, de lo mejor escuchado en el cine yanqui de los últimos años; hay también una visión negra del mundo de los negocios, donde triunfan los tiburones sin corazón; por el contrario, el personaje negativo del hermano parásito va ganando en densidad y sensatez, presentándose finalmente como una variante con rostro humano del especulador de altos vuelos.
En ese contexto es donde Pollack mantiene bien el tipo; en cambio, la historia romántica suena demasiado a algodón azucarado, a sacarina rancia. Y es que la Sabrina de Wilder era un producto años cincuenta, irreproducible en su tema y su tono en los turbulentos años noventa.
Sabrina (y sus amores) -
by Enrique Colmena,
Jan 25, 2001
2 /
5 stars
La sombra de Audrey
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