Nos lo temíamos: este año en el cine comercial norteamericano (no es una redundancia, aunque lo parezca...) las terceras partes de otras tantas sagas (véanse las de "Piratas del Caribe" y "Spider-Man") están defraudando las expectativas, no manteniendo el tipo con respecto a sus predecesoras. Es cierto que cada vez resulta más difícil seguir sorprendiendo con las historias que impactaron en la primera y, en todo caso, en la segunda parte, pero también es verdad que, a pesar de ello, no deja el espectador de sentirse decepcionado, como si no fuera tan cierta aquella irónica sentencia wildeana: "no se puede ser sublime sin interrupción".95'