Pelicula: El cine canadiense no se asoma mucho por nuestras salas o será que sus producciones se suelen confundir con las norteamericanas a las que intentan imitar. Starbuck es una comedia que quiere ser divertida, una especie de producción de cine independiente canadiense que ha sido bien acogida en los festivales a los que se presentó como la Semana de Cine de Valladolid donde logró el Premio Pilar Miró al mejor director novel para Ken Scott y el Premio al mejor actor para Patrick Huard. En Calgari consiguió el Premio del Público. También en los Premios de la Academia del cine canadiense logró los Genie al mejor guion original y mejor canción.

David, a sus 42 años, sigue siendo un irresponsable. Trabaja en el negocio de su padre. Su novia Valerie es policía y un día le confiesa que está embarazada, pero no desea que se ocupe de ella porque no se fía y piensa criar sola al bebé. Al tiempo se entera de que debido a sus donaciones de esperma, que hacía con el seudónimo de Starbuck, es padre de 533 hijos y 142 quieren saber quién es su padre físicamente.

La idea parte de una noticia publicada en los periódicos en la que un doctor inseminaba a todas las mujeres que querían tener hijos con su esperma y así fue padre de ese gran número de ellos, hasta que se descubrió. Las clínicas que se dedican a tal fin tienen prohibido por ley desvelar la identidad de los donantes.

De esa idea Ken Scott y Martin Petit extrajeron el guion de esta película que comienza como una comedia gamberra con la masturbación de David para las donaciones, lo que hace pensar mal en el inicio de lo que seguirá después, seguida de sus muestras de irresponsabilidad, pero afortunadamente no continúa por ese camino. Cuando recibe un sobre con los demandantes toma al azar algunos de ellos para conocer a sus hijos, sin desvelarles su identidad.

Eso supone los dos primeros tercios del film hasta desembocar al final en una especie de drama sentimental en el que David está en la tesitura de no saber qué hacer tras conocer a sus retoños naturales.

La base de la cinta es fantasiosa, dado que quiere hacer una comedia divertida, algo que no siempre consigue, siendo a ratos aburrida, debido a su falta de ritmo, con una narración algo premiosa, hasta plantearse en el último tercio la responsabilidad paterna y tener el apoyo de la familia. Dato curioso: nunca aparecen las madres.

Sobre Patrick Huard, conocido cómico quebequés, recae el peso de la película que al final se pone un poco sentimental frente a la superficialidad con que se toma toda la primera mitad, de ahí su irregularidad, debida a un director como Ken Scott, procedente de la televisión, que hace con éste su segundo largo, salvado en parte por los buenos actores de su elenco.

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104'

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Starbuck - by , Jun 19, 2012
1 / 5 stars
Muchos hijos para un irresponsable