Superpoli de centro comercial

Una de las cosas interesantes del cine es que nunca se sabe dónde puede estar el éxito, ya que a veces la película más sencilla o con menos pretensiones puede ser la que más triunfe. Algo de eso ocurre con esta colaboración entre Kevin James, como actor y coguionista, y Adam Sandler, como productor, ya que ambos querían hacer algo juntos desde que actuaron en Os declaro marido y marido.

Paul Blart es un hombre gordo que debido a su obesidad y a su diabetes no puede entrar en el cuerpo de policía porque con frecuencia le dan ataques de hipoglucemia y ha de conformarse con ser guardia de seguridad de un gran centro comercial. Su mujer mexicana le abandonó en cuanto tuvo la nacionalidad y le dejó con una hija. Él se toma muy en serio la seguridad del centro, lo que a veces es motivo de bromas, hasta que un día le llega la oportunidad de demostrar su valía cuando se produce un gran atraco y éste es tomado por los ladrones, siendo él la única persona que queda dentro y puede combatirlos para liberar a los rehenes, entre los que se encuentra Amy, su amor secreto.

Film de corte familiar, con “gags” físicos, sin mucha gracia, producidos por las caídas del protagonista, su torpeza o el contraste que se produce entre su ineptitud y la habilidad que exhiben los ladrones, grandes atletas y muy preparados. Cinta en la línea de otras comedias parecidas como las dirigidas por Steve Carr, realizador de Papá canguro, con una total falta de pretensiones que lo único que busca es la distracción de un público tan ingenuo como el norteamericano, que la llevó a estar sorprendentemente varias semanas en el primer lugar de taquilla, y nueve de ellas entre las diez primeras, llegando a superar los 138 millones de dólares de recaudación, cuando su humilde presupuesto fue de 26 millones. ¡Cosas del cine!