Basada en la autobiografía de Tina Turner, escrita en colaboración con Kart Loder, es llevada a la pantalla por Brian Gibson, un director que tras hacer un musical, Breaking Glass, desconocido por estos pagos, hace con esta cinta su segundo largometraje tras haber tenido alguna experiencia en la televisión, donde realmente se formó y adquirió el oficio que ahora demuestra en este film.
La cinta nos cuenta la vida de Tina Turner prácticamente desde su nacimiento y su primera actuación de pequeña en el coro de la iglesia de su pueblo natal, hasta su marcha a la gran urbe, donde tiene ocasión de ser descubierta por Ike Turner, quien la convirtió en estrella y también en su esposa. Buena parte de la película se centra en el desarrollo de su carrera musical y en las relaciones matrimoniales en las que el marido, dedicado al alcohol y las drogas, la maltrataba cruelmente, hasta que un buen día, al no poder aguantar más, encontró refugio y fuerza en el budismo para abandonar a su marido en defensa de su vida y de sus hijos.
La cinta está llevada a buen ritmo y centra su mayor virtud en la buena elección de los actores, con una Angela Bassett que encarna bastante bien la figura de Tina Turner y de Laurence Fishburne que incorpora la figura del agresivo marido. Parte importante en la consecución de la cinta está en la estupenda selección de las canciones que componen su banda sonora, lo que hace más agradable la contemplación de esta biografía sobre la figura de la gran Tina Turner.
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