[Esta película forma parte de la Sección Oficial del 21 Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF’2024)]
La película se abre con una niña en medio de la selva amazónica; pronto intuimos que es la única superviviente de una catástrofe aérea. Rescatada por un indígena de la zona, la vemos ya en un hospital, a donde llega, entre los flashes de la prensa gráfica, el norteamericano Lawrence, quien al parecer es su padre. Nueve años más tarde, la niña, Rebecca, y el padre, junto a otro yanqui, John, viven en medio de la selva, donde ha fundado una especie de congregación religiosa que tiene notable éxito entre los lugareños. La niña, ya convertida en una adolescente en torno a los 16 años, ha cobrado fama como persona taumatúrgica, haciendo milagros con la mera imposición de sus manos, motivo por el que los indígenas, de forma un tanto irónica, la llaman “señorita Aspirina”. Pronto vemos que las tensiones de la zona están en el entorno, donde los indígenas luchan incansablemente contra los madereros que deforestan la selva y les dejan sin su hábitat natural...
Pia Marais, la directora de esta Transamazonia, nació en Sudáfrica (Johannesburgo, 1971), siendo el resultado de una peculiar mezcla de razas, con madre sueca y padre sudafricano. Inicialmente estudió escultura y fotografía en Londres y Ámsterdam, para después pasarse al cine, formándose en Berlín, ciudad donde vive. Su filmografía, no muy extensa, es ecléctica y cosmopolita, habiendo filmado en Europa, también en su tierra de origen, África, y ahora en América, en la irredenta Amazonía, el pulmón del mundo que cada día lo es menos por la intensa deforestación que se viene ejecutando desde hace décadas.
Ciertamente, la película que comentamos no carece de interés, aunque resulta un tanto dispersa, basculando fundamentalmente entre dos temas, las personas supuestamente ungidas con la capacidad de hacer milagros (en su vertiente de persona que sobrevive contra toda esperanza a una catástrofe horrible, y por ello se infiere que es un elegido de Dios), y la tensión permanente entre la industria maderera y los indígenas amazónicos, una tensión que durante el mandato de Jair Bolsonaro llegó probablemente a su máxima expresión, con inmensas zonas de la selva salvajemente deforestadas, y con el subsiguiente arrinconamiento de los aborígenes.
Pero Marais no se decide por ninguna de esas dos temáticas principales, y ello hace que ninguna de ellas cobre auténtico grosor, consiga alcanzar un verdadero sentido; para más inri, hay otro tema (a veces parece que sea el principal, sobre todo en la última parte del film), la búsqueda de la propia identidad de la protagonista, cuya relación con el padre nos deparará cierto secreto, y que abunda en la dispersión temática de la historia. Pero hay cosas de interés, en especial una sugestiva presentación entre lo telúrico y lo mágico de la Amazonía, con esas casi omnipresentes hormigas que estarán ya en el primer plano del film, y que, intermitentemente, aparecerán con frecuencia, quizá como forma de entroncar con la naturaleza inmemorial, que estaba allí miles de años antes de lo que se nos cuenta y que estará (salvo apocalipsis que se lleve por delante el planeta, cosa que no hay que descartar…) muchos miles de años después.
El conjunto, sin ser rechazable, tampoco aporta nada nuevo: historias de sobrevivientes supuestamente ungidos a los que la fe popular (y también el que podemos llamar el “síndrome del clavo ardiendo”…) aúpan a una posición de privilegio, con frecuencia con algunos “listos” detrás que se aprovechan del fenómeno, son historias que conocemos sobradamente, y ésta no nos parece que presente novedad alguna que la haga diferente; tampoco la desigual fricción entre indígenas que intentan preservar su tierra, su hábitat, y la arrogancia del hombre blanco que los arrolla con su maquinaria pesada, sus armas y la connivencia de los poderes públicos, resulta novedosa, ni aquí está dada de forma que resulte especialmente interesante.
Filmada con corrección, nos quedamos sobre todo con algunas escenas, pocas, en las que Marais busca, con tino, acercarse a la naturaleza amazónica, con esos planos de la inmensidad de la selva, con esas recurrentes hormigas que hemos citado, con esas carreteras como lenguas de tierra que horadan, como si fueran heridas abiertas, la lujuriante jungla brasileña.
Los intérpretes, correctos; la cinta descansa sobre todo en los hombros de la jovencísima alemana Helena Zengel, a la que vimos en un personaje muy curioso en Noticias del gran mundo, junto a Tom Hanks; a su lado, el norteamericano Jeremy Xido compone con tino el personaje del padre de la protagonista, por cierto con un parecido bastante razonable (o eso nos parece…) con Matthew MacConaughey.
(09-11-2024)
112'