Vivir el momento

El joven Strip Harrison encuentra por casualidad a Tricia, una señora de clase bien que pasa por unos momentos deprimidos. Tras dar la brasa como moscón durante un tiempo, por fin seduce a la dama, que se decide a cederle sus favores...

Es conveniente recordar que esta película es la siguiente que rodó John Travolta tras dos grandes éxitos consecutivos, Fiebre del sábado noche (1977) y Grease (1978), cuando el actor se había convertido en uno de los fenómenos sociológicos del momento, aunque después ha sufrido diversos baches tras los cuales, sin embargo, siempre se ha reinventado.

Si en las anteriores películas citadas se vendió una imagen discotequera y bailonga de Travolta, con Vivir el momento se buscó ofrecer una imagen más romántica del galán, pero los pésimos resultados comerciales que la cinta obtuvo tanto en Estados Unidos como fuera del país confirmó que el experimento había resultado un sonoro fracaso. De hecho, la película, con un presupuesto de 8 millones de dólares, recaudó en todo el mundo apenas 11 millones.

Lo cierto es que la película resulta bastante aburrida en términos generales. La responsable del guión fue la propia directora, Jane Wagner, hasta entonces solo guionista, a la que parece que se le fue la mano en lo que se refiere al tono folletinesco del film. Sobran escenas melodramáticas y romanticonas, y se echa en falta un mejor pulso narrativo y un ritmo más constante y coherente.

Vivir el momento parece buscar el cine romántico de opuestos (como existe la comedia de opuestos...), con señora ricachona, madurita y más bien frustrada sentimentalmente por un marido mujeriego que la tiene existencialmente abandonada,  y que se encuentra con jovencito casi imberbe, pobretón, trotamundos y buena persona que la consuela. Los caracteres están sólo levemente delineados, lo que ciertamente es un fallo imperdonable en una cinta que, como ésta, debería tener su mejor baza en la tipología de los individuos enamorados.

La música de Lee Holdrige acompaña bien el relato y la fotografía de Philip Lothrop la podemos calificar de discreta. En la interpretación Lily Tomlin hace una aceptable recreación de su papel, pero Travolta no termina de convencer en su personaje de don Juan de vía estrecha. Estamos pues ante un film ciertamente endeble, que desde luego no pasará a ninguna Historia del Cine.

Como curiosidad, el resultado del film fue tan nefasto artística y comercialmente que Jane Wagner no volvió a dirigir desde entonces, centrándose en su faceta de guionista. Wagner, por cierto, se casó en 2013 con Lily Tomlin, de la que era anteriormente pareja sentimental, siéndolo ya en el momento de filmar esta película.

(21-10-2022)