Yo no soy un asesino

Por lo visto algunos realizadores españoles se han hecho a la idea de que el buen cine se puede inventar. Baste para ello tan sólo hacer dar al protagonista largos paseos o mover la cámara sin ton ni son sin que en la película pase nada, al par que se protesta sobre una determinada situación de nuestro país, en este caso la emigración, pretendiendo demostrar los inconvenientes y desventajas de la misma. A la vez se plantea un aparente grave trance o problema de conciencia que se resuelve a la mitad de la cinta, pero se insiste sobre él hasta llevar al protagonista a ser mártir del mismo, dejando una abstracta solución como final.

Todo esto bien amalgamado, sin inteligencia, sin originalidad, y lo único que produce es hastío, bostezos y constantes cambios de postura en la butaca. Y quizás pueda producir igualmente equívoco para algún que otro “pretendido” crítico o entendido.

Creemos un deber sacar del error a estos realizadores. Hacer cine de calidad no es hacer “cine necesariamente aburrido”. La comercialidad, que nosotros sepamos, no está reñida con la calidad. Y para comprobarse tómese como ejemplo El cardenal, de Otto Preminger, excelente película que batió los records de permanencia en cartel.

Dirección muy teatral. Mal José Campos. Aceptable fotografía. Mal montaje musical. Malila Sandoval muy desigual.

Duración

82'

Año de producción

1963

Pretensiones huérfanas

Dirigida por

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Género

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Duración

Año de producción

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