Esta serie está disponible en el catálogo de Netflix.
Roy Halston Frowick fue el primer gran diseñador de moda de origen norteamericano. Hasta su irrupción en los grandes eventos de moda en los años setenta, la “haute couture”, la alta costura era un coto exclusivo de modistos franceses e italianos. Hasta entonces los nombres que cortaban el bacalao (la tela, habría que decir en este caso...) eran gente como Dior, Balmain, Chanel, Cardin, Gucci, Givenchy, Valentino... con algunos aditamentos, escasos, foráneos, como el español Balenciaga. Pero hasta Halston, ningún diseñador yanqui había llegado a la cima del diseño de moda.
La tempestuosa vida y obra de este genio del diseño, pero también persona de vida tumultuosa y disoluta, es el tema de esta miniserie, también titulada Halston, articulada en 5 capítulos a través de los que conoceremos a este hombre genial y atribulado, desde su infancia, en la que se sentía despreciado por su padre, que intuía la latente homosexualidad de su hijo, etapa en la que descubriría su vocación, la de artista creador de vestuario y complementos, iniciándose muy joven como osado diseñador de sombreros femeninos. A partir de ahí, su carrera fue en progresivo ascenso, hasta llegar a la cima tras cubrir la cabeza de Jacqueline Kennedy en la toma de posesión de JFK en la Casa Blanca, y añadirse tras ella un buen puñado de celebridades de la época, desde Liza Minnelli a Liz Taylor, desde Bianca Jagger a Lauren Bacall, entre otras famosas. Paralelamente, su gusto por el sexo fuerte, las drogas y todo tipo de adicciones a cual más perniciosa irían labrando su ruina vital, a la par que la económica, al tomar decisiones creativas y empresariales que se revelarían como muy desacertadas. Sin haber cumplido los sesenta años, Halston moría de cáncer, enfermedad generada al parecer al haber contraído el sida.
Es curioso que dos años antes de la fecha de lanzamiento de esta miniserie se había estrenado el largometraje documental también titulado Halston (2019), dirigido por Frederic Tcheng, aunque este se servía de material de archivo y de entrevistas con personalidades que lo conocieron. En cuanto a la miniserie, su creador es el dramaturgo norteamericano Sharr White, que adaptó la novela Simply Halston, original de Steven Gaines, publicada en 1991. De la dirección se encargó Daniel Minahan, y el audiovisual cuenta como figura central con la estrella escocesa Ewan McGregor, que encarna al famoso diseñador.
Ciertamente la visión que White, a través del libro de Gaines, presenta sobre Halston, no es precisamente positiva. El diseñador está pintado como un tipo airado, arbitrario, caprichoso, maleducado, mezquino, pésimo para los negocios, tan genial en el diseño artístico como negado para cualquier actividad empresarial. También como un hombre con un detestable gusto en el amor, uniendo su destino a un chapero, de nombre Víctor Hugo, que se aprovechó de él cuanto quiso, y que contribuyó no poco a arruinarle la vida, aunque, según se aprecia en la miniserie, Halston era muy capaz de arruinársela él solito, sin ayuda de nadie.
Asistiremos entonces a la infancia, juventud, primeras experiencias, auge y declive de una estrella fugaz, un diseñador que ciertamente marcó un camino en la moda, el camino de la simplicidad, de los tejidos puros, del minimalismo, y que señaló el sendero para otros artistas norteamericanos que, como Tom Ford, Ralph Lauren o Tommy Hilfiger, han llegado también a lo más alto en el diseño de ropa y complementos.
Al margen de una visión esencialmente negativa del biografiado, con independencia de su portentosa creatividad, la miniserie llama la atención por la reiteración de las escenas de sexo de Halston con sus sucesivos amantes, ya fueran esporádicos, o, cuando conoció a Víctor Hugo, fijos. Pareciera como si Starr White y su director, Daniel Minahan, sintieran que en cada capítulo tenía que haber una o varias escenas de cama muy subidas de tono por si no nos habíamos enterado todavía del tipo de sexo brutal que gustaba al diseñador, quizá buscando provocar, escandalizar al espectador cuando, a estas alturas, el espectador está más que curado de espanto...
Al margen de ello, la miniserie Halston es un producto aceptable, aunque no exquisito, puesto en escena con profesionalidad, que nos da una visión probablemente parcial pero también probablemente cierta, sobre uno de los genios del diseño de moda de la segunda mitad del siglo XX, con una muy entregada composición de Ewan McGregor, que le valió ser reconocido con un premio Primetime Emmy a la Mejor Interpretación Masculina. Del resto del reparto destacaríamos a Krysta Rodríguez, que encarna con tino y frescura a Liza Minnelli, incluso cantando, y a los veteranos Bill Pullman y Vera Farmiga, como siempre segurísimos.