27-04-2025
En esta quinta entrega del serial en el que estamos glosando la obra de Verne en la pantalla, en el 120 aniversario de su muerte, le toca el turno, en primer lugar, a La isla misteriosa, la segunda novela en la que aparece el más fascinante personaje verniano, el capitán Nemo, en uno de las vertientes novelísticas que el escritor de Nantes cultivó con cierta frecuencia, la figura del robinsón o robinsones; en esta La isla misteriosa Verne presentó por una única vez a un grupo de robinsones adultos, maduros, mientras que los robinsones juveniles, casi infantiles, serían objeto de su atención en una tanda de novelas que comentaremos, en su salto a la pantalla, en el siguiente capítulo, de forma colectiva.
En la segunda parte de este capítulo hablaremos de las versiones al cine que se hicieron del díptico lunar verniano, De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna, que para simplificar (porque en realidad es una única aventura aunque dividida en dos novelas separadas) hemos retitulado aquí “Viaje a la Luna”, como de hecho se ha titulado alguna adaptación al cine.
Sinopsis de la novela La isla misteriosa: Se cuenta la historia de cinco personajes y un perro: el ingeniero Cyrus Smith, su criado Nab, el periodista Gédéon Spilett, el marinero Pencroff, el adolescente Harbert y el perro Top. Para escapar del asedio de Richmond, en Estados Unidos, donde fueron hechos prisioneros por los sureños durante la Guerra Civil, esos cinco personajes decidieron huir usando un globo. Atrapados en un huracán, terminaron en una isla desierta, a la que llamaron Isla Lincoln en referencia al famoso presidente estadounidense de mismo nombre. Después de explorar la isla, se establecieron allí como colonos y comenzaron a civilizarla. Pero una presencia extraña parece velar por ellos y ayudarlos en todas las circunstancias difíciles, incluso trágicas... (Fuente: Wikipedia).
La isla misteriosa se publicó en 1875, como siempre por el habitual editor de Verne, Hetzel. En ella aparece, como decimos, de nuevo el capitán Nemo, si bien las circunstancias iniciales (el asedio de los yanquis a la capital sudista, Richmond) cambiaba sustancialmente la inicial aventura en la que figuró por primera vez el famoso oficial humanista, 20.000 leguas de viaje submarino.
El audiovisual, según la IMDb, censa 11 adaptaciones, más o menos rigurosas o libres, de esta novela; como siempre, huyendo de la exhaustividad y procurando acercarnos a la amenidad, solo citaremos aquellas más relevantes, por cuestiones diversas. Por ejemplo, se da la curiosidad de que fue una novela que tardó bastante en ser llevada a la pantalla; cuando otras obras vernianas conocieron alguna versión ya en el cine mudo, la primera adaptación de esta novela tendrá que esperar a la época sonora, correspondiéndole ese honor a la cinematografía norteamericana en el film titulado La isla misteriosa (1929), aunque hay que decir que inicialmente se rodó como peli muda, si bien, ante el auge del sonoro, se optó por añadir algunas escenas ya con diálogos hablados, con dirección de Lucien Hubbard y un grande del Hollywood clásico como Lionel Barrymore al frente del reparto.
Aunque para curiosa la siguiente versión que se hizo en orden cronológico, titulada Tainstvennyy ostrov (1941), un film soviético, nada menos, dirigido por el cineasta ruso Eduard Pentslin, una adaptación bastante cercana al original verniano, rodada en blanco y negro, quizá concebida para el ocio de las juventudes comunistas, en un tiempo en el que la Alemania nazi estaba a punto (pero aún no lo había hecho) de invadir la URSS, pasándose con ello por el arco del triunfo (en este caso la grosera metáfora no es del todo correcta, porque de triunfo nada...) el pacto Molotov-Ribentropp de no agresión mutua.
A principios de la década de los sesenta se rodaría la que quizá se puede considerar la versión canónica de la novela en el cine, también con el título de La isla misteriosa (1961), a rebufo de las exitosas versiones que en los años anteriores habían puesto de moda el cine basado en Verne, con films como 20.000 leguas de viaje submarino (1954), de Fleischer, y La vuelta al mundo en 80 días (1956), de Anderson. Esta versión contó con la dirección de Cy Endfield, un cineasta norteamericano que se exilió en el Reino Unido a resultas de la persecución que sufrió en su país por el Comité de Actividades Antiamericanas presidido por el senador McCarthy. Quizá lo más destacado del film, impregnado de un tono aventurero pero también antibelicista, estribe en el hecho de que de los efectos especiales y visuales se encargó el maestro Ray Harryhausen, uno de los grandes creadores de F/X analógicos de la historia. Aunque un tanto acartonada y quizá demasiado solemne, esta adaptación ha quedado, como queda dicho, como quizá la versión por antonomasia de la novela.
Claro que también fue peculiar la versión que se hizo en 1973, con el obvio título de La isla misteriosa, una coproducción hispano-franco-italiana cuya dirección fue encomendada a dos directores: nuestro Juan Antonio Bardem, cineasta concienciado donde los hubiera (miembro del Partido Comunista, entonces en la clandestinidad, y una de las voces más influyentes de la izquierda resistente en España durante el franquismo) y Henri Colpi, montador que fuera de gente tan buena como Resnais y Varda, pero que cuando saltó a la dirección no tuvo éxitos relevantes (salvo, quizá, Una larga ausencia, sobre texto de Duras). En realidad la película fue la condensación de una miniserie televisiva de 6 episodios de 50 minutos cada uno, grabada en escenarios naturales tanto de las Canarias como de la más exótica Camerún, y con un actor bien conocido al frente del reparto, el egipcio Omar Sharif, entonces muy de moda por su protagonismo en Doctor Zhivago.
La peculiaridad de Misteryous planet (1982) no radica en su calidad, ni en los profesionales que la hicieron, sino en su libérrima adaptación, haciendo que la isla se convierta, como ya sugiere el título, en un planeta, en una época, principios de los años ochenta, en la que las productoras de serie B (e incluso Z...) se dedicaron con fruición a hacer pelis de aventuras en el espacio, esperando rentabilizar (con más moral que el Alcoyano...) el “boom” de La guerra de las galaxias. La película, con dirección de Brett Piper, experto en F/X, imagina que el naufragio tiene lugar en un planeta en el que una mujer (la contrafigura femenina de Nemo, lógicamente) tiene poderes mágicos... En fin, un curiosidad de serie Z...
Ya en el siglo XXI nos encontramos con una costeada TV-movie con gente bien conocida detrás y delante de la cámara. Detrás estaba Russell Mulcahy, el director australiano que se hizo un hueco en el cine USA con un “hit” como Los inmortales. Aquí tuvo a sus órdenes al lynchiano Kyle MacLachlan (el inolvidable agente Cooper de Twin Peaks), y a Patrick Stewart como el capitán Nemo, en una versión bastante cercana al original verniano, y en buena medida tomando como modelo la adaptación de Cy Endfield de 1961 que ya hemos comentado. Esta será la última película sobre la novela La isla misteriosa que vamos a comentar; hay otras, pero no son relevantes.
Sinopsis de la novelas De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna: Después del final de la Guerra Civil Norteamericana, el Baltimore Gun Club, un club de artillería, se estancó debido a la falta de actividad. Su presidente, Impey Barbicane, propone muy seriamente enviar una bala de cañón a la Luna. Después de varias reuniones, el Gun Club se organiza y lanza una campaña de recaudación de fondos dirigida a todo el planeta. Tras reunir el dinero necesario, el proyecto tomó forma en forma de un gigantesco cañón. La intención del club es realizar el experimento en Estados Unidos. El Gun Club recibe un telegrama del francés Michel Ardan, que propone fabricar un proyectil hueco (en lugar de la bala maciza prevista) en el que él mismo pudiera viajar a la Luna. Al llegar a Estados Unidos, Ardan convenció a la opinión pública de la posibilidad de su idea... En la bala finalmente viajarán Ardan, Barbicane y el antagonista del viaje, el capitán Nicholl... (Fuente: Wikipedia).
La novela De la Tierra a la Luna fue publicada por Verne en 1865, a través, como era habitual, de su editor Hetzel. Su continuación Alrededor de la Luna sería publicada cuatro años más tarde, en 1869, también con Hetzel a cargo de la edición. La IMDb censa un total de siete títulos inspirados a lo largo de la historia en las aventuras contadas por Verne en este díptico literalmente “lunático”, la aventura de tres hombres que viajan a la luna en el interior de un proyectil hueco disparado por un cañón (que ya es imaginación...).
Esta historia selenita ostenta el privilegio de ser el texto verniano que más tempranamente se llevó al cine, nada menos que en 1902, cuando solo hacía siete años de la famosa sesión de cine en el Salon Indien de París, que convencionalmente se considera el comienzo del cinematógrafo. Su título era Viaje a la luna, y a los mandos estaría el mago Georges Méliès, uno de los grandes pioneros del cine, que rodó este corto de 14 minutos, obviamente mudo y en blanco y negro (aunque Méliès coloreó algunas copias a mano), una versión muy libre de los textos vernianos, además haciendo que los planetas y otros cuerpos celestes aparecieran antropomorfizados, en una deliciosa peliculita de corte naif, muy del gusto de la época, con decoración “art decó” y soluciones en efectos especiales absolutamente candorosas, como ese proyectil enviado desde la Tierra que se clava en la Luna... representada por la cara de un hombre a su vez inserta en un círculo como de tarta de nata, al que lógicamente aquel pepinazo en plena jeta no le gusta nada... Por supuesto, era una versión que no buscaba un acercamiento científico (como, de forma más o menos libre, ocurría en los textos vernianos) sino más bien fantástico.
Si bien el díptico lunar de Verne puede ufanarse de ser la primera adaptación de una obra del escritor de Nantes (y la primera de ciencia ficción, aunque fuera de aquella manera...), lo cierto es que después tardaría más de medio siglo en aparecer de nuevo en una pantalla, concretamente en el largometraje norteamericano De la Tierra a la Luna (1958), con producción de la histórica “major” RKO, y con Byron Haskin a los mandos. Haskin fue un reputado profesional de los efectos especiales, oficio que posteriormente simultaneó con el de director, generalmente en pelis en las que podía lucirse con su primera profesión, habiendo rodado films que siguen recordándose con agrado, como la primera versión de La guerra de los mundos o Su majestad de los mares del Sur. La película sigue razonablemente la peripecia descrita por Verne, pero con algunas peculiaridades como la de dar entrada a una mujer en la tripulación del proyectil que viaja hacia la Luna, y con un reparto de lo más apañado: el wellesiano Joseph Cotten, George Sanders, Debra Paget...
También llevó el título de De la Tierra a la Luna (1969) una serie que reseñamos mayormente por su exotismo: ahí es nada, una televisión mexicana llevando a cabo la adaptación de la obra verniana, en una serie de 30 capítulos, un audiovisual que dirigió José Solé. Aunque para versión exótica, la que produjo la televisión nacional de Hungría en los tiempos de su vasallaje soviético, con el título Utazás a Holdba (1974) (literalmente, si el traductor online que hemos utilizado no se equivoca, sería “Viaje a la Luna”), una TV-movie dirigida por Miklós Csányi, perito en este tipo de productos manufacturados para la televisión de la época, en un audiovisual que tenía como mayor particularidad la aparición de un personaje que encarnaba al propio Julio Verne, manteniendo el resto de los roles (Barbicane, Ardan, Nicholl... ) con su nomenclatura original.
Aún dentro de las adaptaciones exóticas, y ya para terminar la glosa de los audiovisuales sobre el díptico lunar verniano, tenemos otra versión ciertamente singular, nada menos que griega, titulada Apo ti Gi sti Selini (2013) (literalmente, "Desde la Tierra hasta la Luna"), con guion y dirección de Angelos Spartalis (que también se desempeña profesionalmente como artista pintor) y con formato de animación, si bien una animación muy peculiar, que juega con una suerte de collage con elementos “art decó”, y con rostros reales insertos en cuerpos fantaseados: vamos, una auténtica rareza, en clave de comedia.
Ilustración: Una espectacular imagen de la película La isla misteriosa (1961), de Cy Endfield.
Próximo capítulo: 120 años sin Julio Verne: sus novelas más famosas en la pantalla. Las narraciones sobre robinsones juveniles (VI)