El estreno del espléndido cortometraje La voz humana (2020), de Pedro Almodóvar, vuelve a poner de moda, si es que alguna vez dejó de estarlo, a Jean Cocteau, lo más cercano que dio la Francia del siglo XX a la figura del artista renacentista: poeta, novelista, dramaturgo, pintor, diseñador de espacios, ceramista, guionista, director de cine, compositor, libretista de ópera, escenógrafo, crítico, actor... salvo construir edificios (aunque diseñó las vidrieras de una iglesia) y bailar un “pas de deux” (aunque ese mundo no le fue ajeno, ni mucho menos, gracias a su estrecha amistad con Diaghilev, para el que escribió –y para otros coreógrafos y compositores-- los libretos de varios ballets), se puede decir que nada del mundo del arte le fue ajeno. Cultivador de varios “ismos” (cubismo, dadaísmo, futurismo, en especial surrealismo), ideológicamente ambiguo, con ciertas connivencias con el colaboracionismo nazi, pero a la vez decididamente antihomófobo (como homosexual militante que era, aunque también tuvo erráticas relaciones con mujeres), la obra de Cocteau es enorme en cantidad y calidad, abarca todas las temáticas, todas las fórmulas, todos los géneros. Fue amigo de incontestables nombres del arte (como él mismo), gente como Picasso, Modigliani, Juan Gris, Piaf, Nijinsky, Satie, Breton, Proust, Gidé, Chanel, Riefenstahl, Melville (Jean-Pierre, se entiende...), Truffaut, Camus, Chaplin... Durante varias décadas fue pareja del actor Jean Marais, para gran escándalo de la biempensante sociedad de la época, incluso la de la bohemia, más laxa a la hora de aceptar conductas sexuales entonces no precisamente bien vistas. Pero, por encima de todo, Cocteau, se consideraba un poeta, y como tal un artista capaz de expresarse en muy diversos medios y formas culturales.
No es este el momento ni el lugar de hacer un análisis en profundidad sobre Jean Cocteau; nos limitaremos a confirmar la extraordinaria vigencia de su obra, 57 años después de su muerte, y en especial, haremos un repaso sobre las muchas versiones que se han hecho, al cine y la televisión, de su monólogo La voix humaine. Otras obras de Cocteau, como El águila de dos cabezas, Orfeo, La máquina de escribir, Los padres terribles, Thomas el impostor o La máquina infernal, han sido repetidamente llevadas a la pantalla, grande o pequeña, en algunas ocasiones por él mismo como director, pero en este artículo queremos centrarnos en la multiversionada La voix humaine, su texto dramático más representado en la pantalla, grande o pequeña. En efecto, el texto teatral escrito por Cocteau y puesto sobre un escenario teatral por primera vez en París en 1930 (con sesión de inauguración interrumpida, en una de sus epatantes “performances”, por los surrealistas), ha sido llevada a la pantalla, de una forma u otra, con ropajes de drama o de ópera (en este último caso sobre la obra homónima musicada por Francis Poulenc, con libreto de Cocteau, estrenada en 1959), en hasta 27 ocasiones, si los datos de la IMDb son ciertos (y en principio parece que lo son...), e incluso hay otras dos versiones más en estado de post-producción.
El lector interesado en ello puede encontrar al final de este artículo los enlaces a varios de los títulos que vamos a comentar.
Por supuesto, no haremos una enumeración exhaustiva de esas casi tres decenas de títulos; no se trata de eso, sino de citar algunos de ellos por razones especiales, también variopintas. Por ejemplo, la primera vez que La voix humaine fue llevada a una pantalla lo fue en el film italiano L’amore (1948), de Roberto Rossellini, cuando el cineasta ya había hecho varias obras maestras (Roma, città aperta, Paisà, Alemania, año cero); se trataba de un díptico, uno de cuyos segmentos era Una voce umana, una versión muy ajustada al original cocteauiano, con una interpretación superlativa de Anna Magnani, que marcará la pauta de sucesivas actuaciones, convirtiéndose de alguna forma en el canon a seguir durante mucho tiempo por otras actrices, una interpretación entregada, efervescente, con un alto voltaje trágico y emocional (ver al final enlace de YouTube).
Curiosamente, no será hasta principios de los años setenta cuando Francia (el país de origen del texto, y en cuya lengua se escribió) lleve a la pantalla el texto por primera vez, en La voix humaine (1971), una versión de la ópera de Poulenc y Cocteau, en un corto para la televisión dirigido por Dominique Delouche y con la soprano Denise Duval como la mujer despechada (ver al final enlace de YouTube).
España aporta varias versiones, casi todas de Almodóvar: la más cercana al original (aunque, como tenemos escrito en nuestra crítica, deconstruyendo y reconstruyendo la historia, actualizándola exquisitamente al siglo XXI) será La voz humana (2020), que ha dado origen a estas líneas, pero antes el manchego ya había tocado el texto en La ley del deseo (1987), donde Carmen Maura, para la ocasión una actriz trans (ejem, este Pedro...), declama un fragmento de La voz humana (ver al final enlace de YouTube); y Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), en el fondo, no es sino una versión libérrima del texto de Cocteau (ver al final enlace de YouTube). La otra versión española la encontramos en la serie dramática televisiva titulada precisamente La voz humana (1986-1988), uno de cuyos episodios, también así titulado, es una muy correcta versión de la obra, con Amparo Rivelles como la mujer abandonada y Manuel Aguado, perito en dramáticos de Televisión Española, la productora de la serie, en la realización (ver al final enlace de YouTube). Nuestros vecinos portugueses también echaron su cuarto a espadas con el texto de Cocteau en A voz humana (1965), producción de la Radiotelevisâo Portuguesa, con la gran trágica Lourdes Norberto como estrella.
Curiosidades: La voz humana se ha llevado también a la pantalla, grande o (generalmente) pequeña en países exóticos como Hungría, en Az emberi hang (1976), adaptación de la ópera de Poulenc/Cocteau, con dirección de László Vámos e interpretación de la soprano Erzsébet Házy (ver al final enlace de YouTube); la entonces Checoslovaquia, cuando aún era un solo país (después, tras la caída del muro, se escindió en República Checa y Eslovaquia), en Lidský hlas (1982), también para televisión, con Josef Henke y Evzen Solokovsky en la dirección y Jaroslava Adamová como la amante abandonada (ver al final enlace de YouTube); aunque puestos a buscar países exóticos donde se haya versionado, quizá el más peculiar, por la lejanía, sea la República Sudafricana, en plena etapa del “apartheid”, donde se hizo para televisión The human voice (1976), con realización de Michael Leeston-Smith y con la allí muy popular y blanquísima Sandra Prinsloo como protagonista; hubiera sido un puntazo, pero también inimaginable, dado el carácter racista del régimen de entonces, que hubiera sido una actriz negra...
Si hablamos de la nacionalidad que más recurrentemente ha llevado a la pantalla el monólogo cocteauiano, esta será (como quizá no podría ser de otra forma: son los inventores del chovinismo...) la propia Francia, patria que engendró al poeta; la tierra de Molière ha adaptado hasta cinco veces el texto de Cocteau a la pantalla, siempre pequeña, aunque ciertamente no se puede decir que ninguna de ellas haya sido excelsa. Por citar alguna, aparte de la primera, ya mentada, lo haremos con La voix humaine (1990), la versión que de la ópera de Poulenc y Cocteau hizo Peter Medak, director húngaro-británico aquí bajo producción de Radio France, con su entonces esposa, la soprano greco-norteamericana Julia Migenes (antes conocida como Julia Migenes-Johnson).
Por último, por citar algunas versiones con grandes divas de la interpretación, citaremos el corto Voce umana (2014), de Edoardo Ponti, hijo de Carlo Ponti y Sophia Loren, cuya madre, la extraordinaria actriz italiana, mito donde los haya del cine, será la protagonista, en una versión en la que la mujer al teléfono tiene (obviamente...) una edad bastante más avanzada que la que se le supone al personaje del texto de Cocteau, en una versión un tanto gerontófila que, ciertamente, no es descabellada: se trata de una mirada distinta, desde el arrabal de senectud, que diría Manrique (ver al final enlace de YouTube).
Mencionaremos también The human voice (1963), episodio incluido en la serie televisiva británica Festival, en la que la mujer abandonada, interpretando en inglés, será la francesa Anouk Aimée. Claro que, puestos a hablar de divas, ninguna (salvo Anna Magnani y Sophia Loren, por supuesto) como la gran Ingrid Bergman, que interpretó el icónico personaje en la TV-movie The human voice (1966), bajo pabellón anglo-norteamericano y con el canadiense Ted Kotcheff a los mandos (ver al final enlace de YouTube).
Enlaces en YouTube a algunos de los títulos citados:
--L’amore/Una voce umana (1948), de Roberto Rossellini, con Anna Magnani:
https://www.youtube.com/watch?v=gbZ_1K6lbeE
--La voix humaine (1971), de Dominique Delouche, con Denise Duval (fragmento inicial):
https://www.youtube.com/watch?v=_HaXaJy8_Nc
--La ley del deseo (1987), de Pedro Almodóvar, con Carmen Maura (escena de La voz humana):
https://www.youtube.com/watch?v=8pRK2bJ2-i0
--Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), de Pedro Almodóvar, con Carmen Maura (tráiler):
https://www.youtube.com/watch?v=Crp6acKD9hE
--La voz humana (1986), de Manuel Aguado, con Amparo Rivelles:
https://www.youtube.com/watch?v=XUa_dzz3tL0
--Az emberi hang (1976), de László Vámos, con Erzsébet Házy:
https://www.youtube.com/watch?v=2tZWJCFUq_0
--Lidský hlas (1982), de Josef Henke y Evzen Solokovsky, con Jaroslava Adamová (fragmento inicial):
https://www.youtube.com/watch?v=FQSMSt-Bbfw&t=90s
--Voce umana (2014), de Edoardo Ponti, con Sophia Loren (tráiler):
https://www.youtube.com/watch?v=HGwIbyVnRIk
--The human voice (1966), de Ted Kotcheff, con Ingrid Bergman (fragmento):
https://www.youtube.com/watch?v=VZ8SWF0yDdo
Ilustración: Tilda Swinton, en una imagen de La voz humana (2020), de Pedro Almodóvar.