Enrique Colmena

Se celebra en estos días el vigésimo quinto aniversario de la creación oficial de la Internet Movie Database (IMDb), una página web que todo cinéfilo conoce y que tan fácil ha hecho la consulta de cualquier dato sobre cine desde hace un cuarto de siglo.

Bueno, no exactamente un cuarto de siglo, porque lo cierto es que, en sus comienzos, la IMDb fue, lógicamente, un esbozo, apenas un balbuceo, de lo que acabaría siendo. Pero es cierto que ya hacia mediados de los años noventa, hace ahora veinte años, la IMDb había alcanzado el punto crítico suficiente para poder ser la herramienta que cualquier aficionado al cine, no digamos ya el crítico, el historiador o el investigador cinematográfico, podía consultar para tener todas las filmografías, todas las películas, todos los actores y actrices, por supuesto todos los directores.

Porque la IMDb basa su éxito en eso, en ser una gigantesca enciclopedia cinematográfica (y en general audiovisual: pronto incorporaron productos realizados específicamente para televisión o vídeo) con una base de datos inmensa, en la cual se puede consultar, de forma cruzada, cualquier tipo de dato sobre cualquier película: directores, guionistas, productores, intérpretes, técnicos… por supuesto, también los personajes que han sido puestos en pantalla, y las palabras clave para poder buscar, listándolas, las películas que nos interesen de una determinada temática. También se pueden buscar filmes por nacionalidades o por años, se pueden leer biografías de los censados, críticas sobre las películas, calificaciones otorgadas por los millones de usuarios de la web, listas realizadas por estos con los mejores (o peores) de cada especialidad cinematográfica o televisiva… Hay también posibilidad de búsquedas avanzadas, pudiendo entonces, por ejemplo, rastrear los trabajos conjuntos de dos personas a lo largo de sus carreras… Hay también sitio para el mercado, con las recaudaciones de cada semana en Estados Unidos, y listas con las taquillas más importantes en USA, pero también en todo el mundo y a lo largo del tiempo. Además de estrenos de tráilers, entrevistas a directores, actores y actrices, noticias de todo tipo relacionadas con el audiovisual, efemérides… una lista casi interminable de posibilidades que se han ido añadiendo a lo largo del tiempo.

Confieso que cuando en 1998 Amazon, el gigante norteamericano de comercio electrónico, compró la IMDb, creí que la web se iba a desnaturalizar y perdería su carácter de generoso compartimiento de datos, de información de todo tipo, para convertirse en un producto comercial que, probablemente, cobraría por sus servicios y que, desde luego, dejaría de ser lo que era. Cuánto me alegro de haberme equivocado: con Amazon la IMDb no sólo ha mantenido sus características, sino que incluso ha ampliado horizontes y posibilidades. Es cierto que Amazon intenta colocarte la venta de sus productos (no son Hermanitas de la Caridad sino una sociedad anónima), pero no lo hace de forma agresiva sino colateral, ofreciéndote la compra de lo que has buscado por si te place adquirirlo.

Cuando Col Needham creó la IMDb allá por el mes de octubre de 1990 seguramente no tenía idea de lo que estaba haciendo y de cómo, veinticinco años después, su invento iba a ser la más importante fuente informativa sobre cine en el mundo. Cualquier dato, cualquier información que se requiera, antes precisaba de una laboriosa búsqueda, a menudo en varios libros, si es que se disponía de ellos, y si es que ese dato concreto que buscábamos se encontraba efectivamente en tales volúmenes, que además indefectiblemente se quedaban obsoletos enseguida: recién salidos de imprenta ya había más películas rodadas, más proyectos en curso, más cosas que se habían quedado fuera de sus páginas.

Aunque tiene unos firmes cimientos forjados a través de bases de datos oficiales, la IMDb, también a la manera de Wikipedia (que es posterior, y por tanto tomó esta característica de la web de Col Needham) es una página de aluvión, una página en la que es fundamental la aportación de datos a través de sus millones de usuarios. Por supuesto, son datos que son contrastados por la organización, porque en su veracidad radica la credibilidad de la web. Por supuesto también, hay errores: en una obra de tal magnitud, la perfección sería imposible. Pero el grado de fiabilidad es muy notable, y nos quedamos con eso.

Lo cierto es que, veinticinco años después, la oficiosamente llamada biblia del cine sigue creciendo, aportando al universo cinéfilo un infinito caudal de información sobre el audiovisual. En estos tiempos en los que todo se mercantiliza, todo se compra y todo se vende, que haya quien dé valiosa, inmensa información a cambio de nada es reconfortante. Entonces, ¿no se merece aunque sea un simple reconocimiento por parte de los millones de personas que entramos diariamente a consultar la web? Porque la verdad es que he visto pocas (por no decir ninguna) glosas a este gozoso aniversario, 25 años haciéndonos las cosas más fáciles.

Quede aquí el mío. Como se suele decir en estos casos: y que cumplas muchos más…