Pelicula:

En la primavera de 1980 se produjeron una serie de revueltas estudiantiles en Corea del Sur, por aquel entonces una dictadura militar regida, en ese tiempo, por el general-presidente Chun Doo-hwan. Las revueltas tuvieron especial incidencia en la ciudad de Gwangju, al sur del país, donde los estudiantes desafiaron la Ley Marcial y se opusieron pacíficamente al ejército, que masacró a la población civil, causando bajas que diferían según las fuentes, reconociendo el gobierno unas 165 personas, mientras que la oposición elevó esa cifra a más de mil. Ese levantamiento, y su difusión en todo el mundo, sería la semilla que permitiría que, siete años después, en 1987, se convocasen elecciones libres y el país pasara a convertirse en una democracia homologada.

Los hechos conocidos como la Matanza de Gwangju son llevados al cine ahora en esta A taxi driver. Los héroes de Gwangju, vista desde la perspectiva del taxista de Seul, la capital, que llevó en su vehículo al periodista alemán que pudo filmar la masacre y salir del país para denunciar las atrocidades cometidas en la ciudad. La historia que se narra, basada en hechos reales, nos cuenta cómo ese taxista, un viudo con una niña pequeña, siempre con problemas económicos, egoísta, insolidario y trápala, irá evolucionando hacia el ser generoso que arriesgará su vida para que el reportero al que llevó a Gwangju pudiera salir del país con la filmación de las matanzas y que todo el mundo conociera lo que sucedía en Corea del Sur.

Esa evolución es, seguramente, lo más interesante de la película, la transformación pausada y plausible de un hombre ordinario en un hombre extraordinario, un pobre diablo al que las carambolas, el azar, le llevaron hasta el peor sitio posible, donde un ejército plegado a los dictados del tirano cometió brutalidades sin nombre.

Aunque un tanto premiosa, más larga de lo que hubiera sido necesario (ya es casi un tópico que hoy día a toda película le sobra por lo menos un cuarto de hora...), A taxi driver es, sobre todo, un bienintencionado ejercicio de denuncia que recrea hechos abominables de la Historia del país, dirigido por un joven cineasta de las nuevas generaciones surcoreanas, Jang Hoon, crecido a la sombre de Kim Ki-duk, uno de los grandes nombres de aquella cinematografía. Jang ha rodado hasta ahora cuatro largometrajes, siendo este el primero que se exhibe en España. Tiene buena mano, si bien es cierto que no es un cineasta estiloso; tampoco se le dan especialmente bien las escenas de acción, en las que se muestra no demasiado hábil; no digamos en la persecución de coches de la última parte del film, que, acostumbrados al virtuosismo del cine USA (e incluso del europeo), resulta tirando a amateur.

Pero por encima de esas evidentes carencias queda el aliento de denuncia, el tono generoso y humanista de este taxista que encontró dentro de sí el hombre bueno que supo hacer lo correcto, y que puso todo de su parte, con riesgo de su vida, para que el reportero alemán pudiera contar al mundo la vesania de un régimen que, como toda dictadura, se envuelve en la bandera del patriotismo mientras masacra al pueblo al que debería proteger.

Protagoniza Song Kang-ho, un ya veterano actor surcoreano al que hemos podido ver en films como The host (2006) y Rompenieves (2013), entre otros, que hace un trabajo notable; más endeble nos parece el desempeño del alemán Thomas Kretschmann, que resulta con frecuencia poco creíble.


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137'

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A taxi driver. Los héroes de Gwangju - by , Jun 13, 2018
2 / 5 stars
La epopeya de un hombre corriente